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- 29/11/2024 17:55
- 29/11/2024 17:16
Moody’s Ratings anunció que mantiene el grado de inversión de Panamá en Baa3, pero cambió la perspectiva a negativa.
De esta forma, la agencia calificadora cambió la perspectiva de las calificaciones del Gobierno de Panamá de estable a negativa y ha afirmado las calificaciones de emisor y de deuda senior no garantizada a largo plazo en Baa3, y las calificaciones de deuda senior no garantizada a largo plazo en (P)Baa3.
En reacción a esto, el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, a través de un comunicado señaló que la calificación de Moody’s Ratings se traduce en una advertencia en como el deterioro fiscal que ha tenido en los últimos años podría llevar al país a perder dicho estatus.
“Como ministro, reafirmo el compromiso del gobierno con la disciplina financiera, enfatizando que el deterioro fiscal, al que hacen alusión ambas calificadoras, afecta a todos; de ahí la importancia de tener marcos regulatorios responsables que aseguren la estabilidad económica y el bienestar de la población”, comunicó el titular de economía.
La calificación de Moody’s Rating se suman a las de Standard & Poor’s Global Ratings (S&P) que recortó la calificación crediticia de Panamá a BBB- desde BBB, pero mantiene “estable” su grado de inversión.
Mientras que Fitch tomó la decisión de reducir la calificación de riesgo de Panamá a “BB+” desde “BBB-”, con perspectiva “estable”, quitándole el grado de inversión al país.
Para Moody’s Rating, los resultados se deben por una perspectiva negativa que refleja un deterioro mayor al esperado del balance fiscal en 2024 y obstáculos significativos para lograr una rápida consolidación fiscal, lo que indica riesgos de que los indicadores de deuda y asequibilidad de la deuda soberana se debiliten materialmente.
Aclara que todo esto se da a pesar de la disposición del nuevo gobierno del presidente José Raúl Mulino para abordar los desafíos fiscales estructurales, como se muestra en la discusión en curso sobre la reforma de pensiones, las rigideces presupuestarias subyacentes que podrían limitar la capacidad de las autoridades para reducir materialmente los déficits fiscales y estabilizar los indicadores de deuda.
Según la agencia calificadora, esto afectaría la credibilidad de la política fiscal, contribuyendo a mayores costos de endeudamiento para el soberano, lo que afectaría aún más la asequibilidad de la deuda. Los riesgos crediticios adicionales provienen de las obligaciones contingentes asociadas a la entidad de seguridad social (Caja de Seguro Social, CSS), así como de litigios relacionados con la mina Cobre Panamá.
Por lo tanto, sostiene que “la afirmación de la calificación refleja nuestra opinión de que la fortaleza económica de Panamá sigue siendo favorable para el perfil crediticio soberano, ya que esperamos que el crecimiento económico se mantenga fuerte en comparación con sus pares. También notamos una mayor disposición del gobierno para implementar políticas que aborden las presiones fiscales en comparación con administraciones anteriores”.
Añadió que “aunque la dolarización impone restricciones a la formulación de políticas, reduce los riesgos de vulnerabilidad externa, contribuyendo a la estabilidad macroeconómica general y limitando los riesgos de un deterioro abrupto de los indicadores crediticios de Panamá”.
Moody’s Rating sostuvo que el techo para moneda extranjera de Panamá está establecido en A2.
Recordó que en el contexto de la dolarización total, Panamá no tiene un techo país en moneda local.
Al asignar una diferencia de cuatro niveles entre el techo en moneda extranjera y las calificaciones soberanas, Moody’s considera que el gobierno de Panamá tiene una huella relativamente baja en la economía y el sistema financiero.
La previsibilidad y confiabilidad de las instituciones y las acciones del gobierno son adecuadas y el riesgo político es moderado. En el contexto de la dolarización, los riesgos derivados de los desequilibrios externos son bajos y Panamá no está expuesto a un solo producto o sector productivo. Además, dado el largo historial de dolarización, los riesgos de transferencia y convertibilidad son mínimos.