Precios como reflejo del mercado

Actualizado
  • 21/06/2014 02:00
Creado
  • 21/06/2014 02:00
Los costos, la oferta y la demanda están íntimamente relacionados. El contrapeso son las políticas de competencia

Mucho se ha hablado y escrito en los últimos días sobre el tema de los precios, pero nadie se ha indignado siquiera a explicar su función y alcance.

En primer lugar, los precios constituyen una guía para los consumidores y agentes económicos y envían señales muy claras sobre la oferta o demanda de productos y servicios en el mercado.

Por ejemplo, si disminuyen los precios como consecuencia de un incremento en la oferta, los agentes estarán motivados a disminuir su producción. Igualmente, en caso que los precios aumenten, los agentes muy probablemente aumentarán la oferta del producto.

Otra de las funciones de los precios, al menos en una economía de mercado, es la de poner en marcha un proceso automático que orienta tanto a consumidores como agentes en casos que ocurra un racionamiento o escasez como consecuencia de un incremento significativo en la demanda.

Por ejemplo, ante el incremento de precios, los consumidores tienden a trasladar su consumo hacia productos substitutos, eliminando el exceso de demanda. De esta forma, el sistema de precios funciona como una guía dando a los recursos productivos la asignación que prefiere la sociedad en su conjunto.

En definitiva, el sistema de precios constituye una forma efectiva de asignación de los recursos productivos, donde los precios son el resultado directo de las interacciones de la oferta y demanda de los diferentes productos y servicios.

Pero no siempre es así; los precios se pueden alterar con el ejercicio del poder de mercado por parte de alguno de los miembros de la cadena de producción y comercialización de los productos. Y aquí la solución del problema es mediante la adopción de políticas de competencia.

En el pasado se han dado casos de incrementos desproporcionados de precios y en la que los consumidores se han visto perjudicados. En todos estos casos, la Acodeco ha respondido con investigaciones por conductas anticompetitivas y presentó demandas ante los tribunales competentes por prácticas monopolísticas, porque son situaciones duras para el bolsillo de los consumidores y que atentan contra el libre mercado.

Para frenar estas prácticas, es importante empoderar a la Acodeco y crear un marco legal que le permita no sólo investigar las conductas en el mercado sino también sancionar las prácticas monopolísticas, convirtiéndose en un tribunal administrativo como existen en muchos países.

Actualmente, la corrección de estas prácticas depende de los tribunales civiles, instancias que actualmente demoran hasta diez años para resolver y fallar los expedientes. Esta propuesta, al igual que otras en materia de protección al consumidor, implicaría una modificación a la Ley 45 de 2007 que en su momento fue presentada a consideración del Poder Ejecutivo pero que no se ha podido ni siquiera discutir aún en el Consejo de Gabinete.

Los precios son el reflejo del mercado. Y si éstos se establecen a través de prácticas desleales y conductas monopolísticas, entonces el consumidor está vulnerable y no gozará de las ventajas del libre mercado, lo que resulta en una señal inequívoca de que algo anda mal.

ADMINISTRADOR DE LA ACODECO

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