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- 26/12/2009 01:00
- 26/12/2009 01:00
PANAMÁ. Riesgo. La sola palabra trae a la memoria amargos recuerdos de una crisis global que puso a más de una economía de rodillas.
Se define como la posibilidad de pérdida: la conjunción de factores que precipitarían un problema se evita con una simple frase.
Es mejor prevenir que lamentar. Para Panamá los retos que trae el 2010 son una aceleración de los riesgos que pudimos sortear este año y la adaptación que se logre con los enormes proyectos comerciales y de infraestructura que están en agenda. Bismark Rodríguez, director de riesgo de Deloitte, converso con La Estrella al respecto. “Mucho se ha hecho, en este tema aquí, Panamá tiene un centro financiero con un alto grado de automatización y cuenta con buenos profesionales”, destacó.
Rodríguez explica que existen riegos internos, inherentes al carácter del lugar como el tipo donde se desenvuelve una empresa y otros externos, como los cambios en la economía mundial, que inciden en la productividad de una empresa.
Ante estos factores de riesgo, la estrategia más común y menos eficaz es ignorar la situación.
Otros transfieren a empresas de seguros o de cumplimiento las posibilidades de pérdidas. Aceptarlos y evitarlos se constituye en la mejor estrategia.
“En Panamá hay sectores significativamente grandes, pero hay mucho por hacer en las pymes. Ayudarlas con tecnología pueden mejorar sus controles y operaciones”, destacó el experto.
Pero para Rodríguez el riesgo no es solo negativo, es también una oportunidad de crecer y diversificar la oferta.
El principal riesgo que enfrenta la región Centroamericana es de mano de obra capacitada. “La generación de mano de obra calificada es lo más importante en la situación actual.
Educar a gente en las carreras que demanda el crecimiento es crucial como banca, finanzas, contabilidad y sector público son áreas de especial importancia al igual que alineación tecnológica con las necesidades de una empresa representa una brecha que hay que reconocer. “Imagínese que sus operaciones en línea se caigan, aunque sea por unos minutos, todas las pérdidas que eso podría ocasionar”, dijo Rodríguez.
Deloitte emplea un equipo de 15 personas que en diferentes grados trabajan con empresas y gobiernos en identificar sus amenazas. “Evitar que una amenaza se convierta en un desastre es un trabajo previo al desarrollo de las operaciones. No podemos eliminarlos, pero podemos medirlos, y monitorearlos”, acotó el ejecutivo.