• 28/12/2020 12:07

Sea un consumidor y no un consumista

Ser un consumidor responsable es ser realista, es aquel que no compra todo lo que le ofrezcan ni le pongan a su alcance

Como es tradicional, durante esta época de fin de año se vuelca sobre los consumidores toda una avalancha publicitaria, con el ineludible fin comercial de captar la mayor parte de los ahorros y bonificaciones.

Promover productos y servicios, de manera masiva, es facultad del comercio en general, pero consideramos indispensable exhortar a la población, a discernir muy claramente entre todo lo que se ofrece, aquello que realmente necesite y pueda adquirir.

No se trata de limitar drásticamente los deseos y metas, por las cuales se ha sacrificado en ahorrar parte de su dinero. Si no de ponerle un alto al consumismo excesivo, ya que esto no hará otra cosa que afectar drásticamente el presupuesto familiar dejándolo inerte para afrontar necesidades reales, cuando las mismas se presenten.

Según cifras del consumo per cápita del panameño promedio, el mismo aumenta considerablemente todos los años y en todos los niveles, lo que nos cataloga como un país consumista. De allí la impostergable necesidad de implementar y fomentar los programas de educación al consumidor, en todos los sectores de la sociedad.

Ser un consumidor responsable es ser realista, es aquel que no compra todo lo que le ofrezcan ni le pongan a su alcance, que medita si realmente es indispensable el producto o servicio que comprará o es para satisfacer un capricho o no quedarse rezagado porque el vecino o algún familiar adquirió algo mejor o último modelo. Mientras que el consumista, no le interesa comparar precio, calidad, y cree que todo que le ponen adelante es necesario sin importarle que ya tiene algo parecido, o que quedará endeudado por un período de tiempo.

Frente a la incertidumbre económica, resulta fácil pronosticar que el próximo año sea un poco difícil, para no ser tan pesimistas. De allí la importancia de frenar el consumismo desenfrenado, que nos consume sin distinción de raza, religión y poder adquisitivo. El consumismo es una enfermedad que poco a poco, causa un gran daño al bienestar, tranquilidad y salud del consumidor.

Sigamos el sabio consejo de no gastarlo todo, porque quien lo hace pierde la seguridad que brindan los ahorros, quedando a disposición de lo que ocurra, de la suerte. No deje todo para última hora, porque en medio de la prisa y la confusión no podrá decidir razonablemente sobre lo conveniente para usted y su familia. Haga una lista de sus necesidades reales, cotéjela con sus ingresos y ahorros, elimine aquellas cosas que no esté seguro, ajústese el cinturón del presupuesto, y realice una buena compra sin sobresaltos ni posteriores problemas financieros. Recuerde que un consumidor difiere del consumista.

El consumismo es un fenómeno que tiene su origen en la adquisición de más productos de los que necesitamos, bien sea por ostentación, la presión social o porque los medios de comunicación incitan a través de la constante publicidad a la compra de los mismos.

Una vez más vale destacar la campaña institucional de la la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) de las “3 C”: compara, comprueba y consume, que busca concienciar a los consumidores sobre la importancia de tener siempre presente que mientras un consumidor compare y compruebe antes de consumir, su poder en el mercado crecerá.

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