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- 18/05/2014 02:00
Portugal dejó de encontrarse ayer bajo la supervisión de la troika de acreedores, tres años después de solicitar el rescate, un período dominado por las políticas de ajustes y reformas que, al contrario que los ‘hombres de negro’, están para quedarse.
El país cerró sin precisar de más ayuda la tercera intervención externa que vive en democracia cuando se cumplen cuatro décadas del fin de la dictadura, con la confianza de que lo peor de la crisis ha pasado ya pero con dudas sobre hasta qué punto las duras medidas ya aplicadas transformaron su economía para hacerla más sostenible. Para celebrar este adiós a la troika -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, el Gobierno portugués, de signo conservador, optó por intentar transmitir un claro mensaje al exterior: que no perderá su ‘ímpetu reformista’ y que todavía queda mucho por hacer.
En una reunión extraordinaria, el Ejecutivo aprobó un documento específicamente dirigido a los inversores extranjeros y sus socios europeos en el que recopila las políticas ya aplicadas y las que todavía tiene pendientes en materia de competitividad, capital humano y reforma del Estado.
‘Podíamos acabar el programa de ajuste diciendo que el trabajo ya estaba todo hecho, pero aún tenemos mucho por delante y que todos sepan que no vamos a parar’, aseguró el secretario de Estado adjunto al primer ministro, Carlos Moedas, quien también descartó cualquier tipo de ‘complacencia’. Sin embargo, muchas de las reformas consideradas clave por el Ejecutivo portugués exceden la actual legislatura, que como máximo se alargará hasta 2015.
Las fuertes críticas a sus políticas por parte del principal grupo de la oposición, el socialista, y del resto de fuerzas de la izquierda hacen presagiar que en caso de cambio de Gobierno, la estrategia sería diferente. En este sentido, Moedas aseguró que los conservadores intentarán ‘encontrar consensos’ con los demás partidos y con los agentes sociales precisamente para que el ‘esfuerzo’ de los últimos tres años ‘tenga continuidad’.
‘Es evidente para todos que si Portugal o cualquier otro país volviese a hacer las tonterías que se hicieron en 2011, el resultado sería el mismo’, manifestó ayer el actual ministro de la Presidencia y de Asuntos Parlamentarios, Luís Marques Guedes.