Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá

- 13/05/2025 10:35
Por encima del aluvión de críticas sobre el mensaje de impunidad que dejaría una salida de Ricardo Martinelli bajo la figura de “asilo político”, al estar condenado por la justicia por blanqueo de capitales en el caso New Business, José Raúl Mulino se apalancó de un aliado inusitado: el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
Una movida ansiada desde hace meses desde el Palacio de las Garzas, que veía en Martinelli -cuyo endoso de votos fue indispensable para la victoria de Mulino en 2024- un problema político para gobernar, cuando desde su asilo en la Embajada de Nicaragua se aprobaban u objetaban desde nombramientos hasta líneas de gobierno.
La incómoda presencia de Martinelli, ahora en Bogotá, lo ha convertido en un problema compartido por Mulino y Petro, creando a este último un nuevo frente, un supuesto pago que se habría dado como parte de los acuerdos que facilitaron el nuevo destino del líder del gobernante Realizando Metas.
Mulino es de derechas y proestadounidense, mientras que Petro se presenta de izquierdas y es crítico de Washington; contradicciones evidentes en lo ideológico, pero no lo suficientemente fuertes como para evitar un acuerdo al más puro realismo político transaccional. En esa línea disparó Ángela Benedetti, la exembajadora de Colombia en Panamá y hermana del actual ministro del Interior colombiano, Armado Benedetti.
“Con razón la frecuencia de los viajes de Laura [Sarabia, canciller colombiana] a Panamá. Ese asilo le debió costar una platica importante a Martinelli. Conozco bien a Martinelli, también a Laura. Ninguno de los dos hace nada gratis. También a [Javier] Martínez-Acha, canciller de Panamá”, disparó en la red social X la exdiplomática en un trino que ha desatado un fuego cruzado en Colombia.
Las dagas de Benedetti generaron escozor en el gobierno de Petro, que de acuerdo con la prensa colombiana tendrá una respuesta legal de la canciller Sarabia. Sin embargo, no parece mover mucho a Benedetti, el ministro, quien le quitó fuelle al incendiario tuit de su hermana. En una entrevista ayer en Caracol Radio, simplemente tomó distancia, no sin antes arrojar dudas sobre la base legal del asilo otorgado a Martinelli.
“Más allá de las implicaciones de que el señor [Martinelli] tenga problemas judiciales, habría que revisar el asilo con base en qué es [ese asilo]. Yo he leído que los asilos se dan por persecuciones políticas o de Estado, habría que ver, los asilos poco tienen que ver con los temas judiciales”, sostuvo el ministro.
Además de la pena por 10 años y ocho meses de prisión por New Business, Martinelli también enfrenta otros procesos ligados a casos de corrupción, entre ellos la causa Odrebrecht, en la que también figuran empresarios, exministros y el exmandatario Juan Carlos Varela.
En un primer intento de precipitar la salida del expresidente, la Cancillería le otorgó el pasado 25 de marzo el salvoconducto para viajar a Nicaragua, pero una alerta internacional de Interpol terminó por truncar la partida, en un enrevesado rejuego político que incluyó reclamos diplomáticos a Mulino por parte del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Mientras que el fallido viaje a Nicaragua fue estruendoso y le desdibujó el panorama político a Mulino, la partida a Colombia fue silenciosa, casi clandestina, si no fuera por los comunicados oficiales de ambos países que confirmaron los hechos, pero sin esclarecer las razones que permitieron el acuerdo definitivo.
La Estrella de Panamá conoció que la “opción colombiana” no era la primera en la lista de destinos posibles, incluso días antes todavía se tenía conversaciones entre oficiales panameños y nicaragüenses sobre los detalles para fijar el vuelo a Managua. Sin embargo, al final Martinelli optó por ir a Colombia tras una visita la noche del miércoles 7 de mayo, cinco días antes de su partida, en la que un diplomático colombiano sirvió de representante de Petro.
“Él es el expresidente Martinelli de Panamá. Chuzaba los teléfonos de sus opositores. Recibió sobornos de Odebrecht; era amigo de [expresidente de Colombia Álvaro] Uribe y era el anfitrión en la cita de Uribe con Odebrecht”, así retrató Petro en 2018 al líder de RM, cuando el ahora mandatario era senador.
Ante la tormenta política en su país por las contradicciones de recibir a una figura condenada por delitos comunes como un asilado político, Petro se justificó diciendo que “Colombia ha sido tierra del asilo, es un derecho universal”
La “opción colombiana” se terminó de formalizar con el gobierno de Ortega-Murillo, tras una reunión “casual” de altos funcionarios de Nicaragua y Panamá en el Salón Diplomático del Aeropuerto de Tocumen el sábado 10 de mayo. Pocas horas después, el expresidente llegaría a Bogotá. “Feliz y contento cantando EL REY” publicó en su cuenta de Instagram donde se le ve celebrando con música ranchera junto a su equipo de abogados y algunos diputados.
“Ricardo Martinelli se ha burlado de todos, con la complicidad del Gobierno nacional [...] Es absolutamente inaceptable que un país hermano desacredite así nuestras instituciones”, comunicó el capítulo de Panamá de Transparencia Internacional.