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- 29/06/2014 02:00
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La rentabilidad del agricultor del sector oeste se ha visto impactada por la aparición de los intermediarios, además, de las bajas ganancias que reciben en comparación con las fuerte inversión que deben hacer para producir.
Gerardo Hidalgo se convirtió en agricultor a sus 18 años. Hoy 32 años después continúa sembrando productos como berro, mostaza, cebollina y plantas medicinales, entre ellas, la albahaca y la hierba buena.
Los tiempos no son los mismos ahora para el agricultor. En tres parcelas ubicadas en el pueblo de Mata Ahogado, corregimiento Los Llanitos, en San Carlos, la inversión que debe hacer para la compra de semillas, gallinaza y abono para la siembra de hojas de mostaza, es de unos 150 dólares, cifra a la que se le debe añadir el tiempo que se dedica al cultivo.
Gerardo, junto a su personal, compuesto por cuatro mozos, que devengan entre 7 y 10 dólares diarios, cosechan y empacan los productos para llevarlos a la ciudad capital.
Para trasladar el cargamento al mercado de abasto debe usar los camiones del sector, ya que no cuenta con un vehículo, situación que lo lleva a invertir 2 dólares por cada caja llena con cinco docenas o 60 mazos de hojas, lo que totaliza un gasto de 20 dólares por cada 10 cajas enviadas.
Comenta Hidalgo que en abastos, los revendedores pueden estar pagando de 5 a 20 dólares la caja de hojas de mostaza, dependiendo de la demanda que tenga el producto; por lo general él lo vende en 5 dólares, pero cada intermediario pide 3 dólares por docena de hojas. Así, si la caja es comprada en 5 dólares, ellos ganan 15 dólares, si compran al productor a 15 dólares la caja, venden a 6 dólares la docena.
Los más de 120 productores que hay en Mata Ahogado, incluyendo a Hidalgo, no venden en mercados locales por la falta de rentabilidad, pues demoran mucho en colocar el producto y se les queda.
Según el productor Esteban Pérez, asegurar que el intermediario no funciona, no es cierto, él es quien va a comprar el producto que se saca del campo, pues tiene el tiempo necesario para desempacar, distribuir, pesar y encartuchar, cuando ellos lo que desean es salir del producto’ dijo.
Pérez, quien se dedica a la siembra de varias clases de hojas de mostaza, alega que el productor, cansado de la faena por el trabajo en el campo, no va a llegar al mercado a empezar a ver o esperar quién le da más por su producto, lo que se busca es que compren el volumen de carga, para regresar a trabajar.
Dice que siempre los intermediarios van a tener que salir detrás del productor, porque compran por volumen sin necesidad de madrugar o cuidar las hortalizas.
‘Sinceramente quien nos tiene viviendo es el intermediario, porque los costos de semillas, abonos e insecticidas están muy altos, se invierte demasiado en la siembra y nosotros no podemos vender cantidad de cajas a los compradores, el productor, gane o pierda, igual produce para vivir pues no vemos superación’ dijo.
Por su parte, Elvis Rodríguez, quien mantiene un puesto de venta en La Chorrera como intermediario, señala que siempre son criticados, pero existen algunos que reconocen la labor del productor, así como a otros que solo les interesa obtener la mayor ganancia.
Los productos como la naranja, el guineo y la yuca, le llegan de las montañas de Capira, directo de Cirí Grande; en su caso en ocasiones una vez por semana, paga el acarreo del producto, entre 35 a 40 dólares, contrario al mercado de abastos donde son dos veces a la semana.
Por un ciento de naranjas Elvis paga de 3.50 a 4 dólares, y lo vende a 5.50 dólares. En el caso del guineo, se compra por cajillas de 50 libras a 10 dólares, cada libra se vende a 25 centavos, dándole una ganancia de 2.50 dólares. El saco de yuca lo compra a 15 dólares; el ñame puede estar entre 50 y 70 centavos la libra, dependiendo de la calidad, y su venta genera una ganancia de 50 centavos por libra.
Santos Hidalgo, extensionista del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) de San Carlos, señaló que la institución siempre brinda la asistencia técnica, basada en visitas a los productores donde se les orienta para tratar de minimizar gastos en daños a la producción.
‘Los orientamos para que ellos produzcan mejor calidad en menor tiempo, la mayoría del cultivo en esta área es hoja, pero el sentir de ellos es que les cuesta mucho sacar el producto para obtener ganancias mínimas’. ‘Se les ha brindado cierto apoyo con el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), llevando a algunos productores a las jumbo ferias, que es una alternativa, pero pocos se han quedado y otros se retiraron’, agregó el funcionario.