La guerra contra el terrorismo ha debilitado el rol de EEUU en el mundo

Actualizado
  • 08/09/2011 08:29
Creado
  • 08/09/2011 08:29
Diez años después de los trágicos atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en suelo estadounidense, los expertos advierten de ...

Diez años después de los trágicos atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en suelo estadounidense, los expertos advierten de la enorme transformación del país norteamericano y de su debilitación como potencia mundial.

Washington sigue inmerso en las costosas y sangrientas guerras de Afganistán e Irak, que inició en octubre de 2001 y marzo de 2003 en el marco de la guerra global contra el terrorismo anunciada por la administración Bush nada más después del 11/S, y parece estar lejos de lograr la victoria. En opinión de los analistas, esta situación pudo ser prevista por Al Qaeda antes del 11/S para debilitar el poder de Estados Unidos.

DEBILITACION PROGRESIVA

La primera respuesta de la admistración Bush a los atentados terroristas del 11/S fue emprender la "guerra global contra el terrorismo" con intervenciones militares en Afganistán e Irak.

En un discurso a la nación pronunciado el 20 de septiembre de 2001, el entontes presidente George W. Bush afirmó que la "guerra contra el terrorismo" había comenzado con Al Qaeda, pero que no terminaba ahí. "No acabará hasta que todos los grupos terroristas de alcance global sean identificados, detenidos y derrotados", declaró.

Una década después, este objetivo sigue siendo muy alto; y lo que es peor, las guerras libradas por Estados Unidos, junto a los métodos de detención y tortura aplicados a los prisioneros, han oscurecido la imagen del país en el mundo, debilitando su poder. Los crecientes gastos en defensa, además, han contribuido a hinchar el déficit presupuestario y la deuda nacional.

"Pienso que estamos retrocediendo a una situación en la que Estados Unidos tiene una posición más normal en el mundo; sigue siendo la primera economía, pero coexiste con otros muchos centros de poder económico", opina Richard Sylla, un economista de la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York consultado por Xinhua.

Según Martin Indyk, vicepresidente y director del Programa de Política Exterior de la Institución Brookings, la tragedia del 11/S y la consiguiente guerra contra el terrorismo que libró la administración Bush afectaron al rol de Estados Unidos en el mundo.

A juicio de este analista, Estados Unidos era la única superpotencia que quedaba en aquel momento tras la desintegración de la Unión Soviética, pero Al Qaeda consiguió provocar una guerra tradicional al orquestar los atentados del 11/S, primero en Afganistán y luego en Irak.

La intervención bélica fue "diseñada por ellos (Al Qaeda) con el propósito de impulsar a Estados Unidos hacia una situación en la que nosotros (Estados Unidos) estuviéramos anquilosados y ellos tuvieran libertad para atacar a nuestras fuerzas militares".

RESULTADOS AMBIVALENTES

En su prolongada guerra contra el terrorismo, que ha arrastrado a otras muchas naciones a su paso, Estados Unidos puede alardear de haber matado a los máximos líderes de Al Qaeda, Osama bin Laden y Atiyah Abd al-Rahman, de haber desvertebrado células terroristas y de haber forjado asociaciones con agencias de lucha contra el terrorismo de otros países.

Indyk está de acuerdo en que Estados Unidos ha dificultado la capacidad operativa de Al Qaeda, sobre todo contra su propio país, que era el principal objetivo.

Sin embargo, en la última década Al Qaeda se ha convertido en un movimiento global con la expansión e intensificación de la ideología islámica radical. Otro de los quebraderos de cabeza de Washington durante estos años ha sido el resurgimiento de Irán como influyente actor regional.

Ted Galen Carpenter, analista de defensa y política exterior en el Instituto Cato, considera que la mejor respuesta de Washington habría sido "simplemente no poner a la sociedad estadounidense del revés", no gastar ingentes sumas de dinero en tratar de contener lo que por entonces era "una amenaza de bajo nivel" y, por supuesto, no librar guerras contra el mundo musulmán, pues con ello se estaba propiciando la unión de la comunidad musulmana internacional y se le ofrecía a Al Qaeda y otros movimientos del islamismo radical un "un perfecto trampolín para el reclutamiento" de terroristas.

EL NUEVO ENFOQUE DE EEUU

"El conflicto que siguió al 11/S se ha convertido en la norma imperante en Estados Unidos, y no parece que vaya a cambiar a corto plazo", señaló The Washington Post en su portada del lunes.

Las ideologías religiosas radicales, las nuevas tecnologías y la posibilidad de armas baratas y potentes han catapultado al mundo hacia "un período de conflicto constante", declaró el Pentágono en su última valoración general de la seguridad global, publicada en febrero de 2010.

"Nadie debería abrigar la ilusión de que el mundo desarrollado pueda ganar este conflicto en un futuro cercano", advertía entonces el Pentágono.

Este nuevo enfoque sobre la guerra y la paz ha propiciado cambios profundos en las agencias estadounidenses. La CIA, por ejemplo, se preocupa cada vez más de reunir información para localizar y eliminar a terroristas; mientras que la mayoría de los soldados del ejército estadounidense han consumido su carrera en el campo de batalla, indicó The Washington Post.

A pesar de que la administración Obama ha comenzado la retirada de tropas de Afganistán, también ha intensificado los ataques de aviones no tripulados y el uso de las fuerzas de operaciones especiales en lugares como Yemen y Somalia.

"En el futuro, la administración estadounidense dependerá mucho del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, un cuerpo militar de étite secreto que se ha multiplicado por diez en la última década", señaló The Washington Post.

A finales de junio, la Casa Blanca presentó su Estrategia Nacional Contra el Terrorismo, que se concentra en derrotar a Al Qaeda y a los terroristas nacidos en Estados Unidos. "Ahora que hemos puesto a Al Qaeda en el camino hacia la derrota, no descansaremos hasta terminar el trabajo", dijo el presidente Obama el mes pasado.

Carpenter advierte del peligro de la mentalidad estadounidense surgida a raíz del 11/S, que justifica la contraofensiva indiscriminada a gran escala como único medio para evitar un ataque. Este analista pone como ejemplo la guerra de Irak, que no tuvo nada que ver con el 11/S pero fue aceptada por la población estadounidense.

"Uno de los riesgos que se corren al enfrentarse a un adversario peligroso es tener tanto miedo que se empiecen a utilizar las mismas tácticas que el adversario", explica. "Desafortunadamente, algunas de las tácticas empleadas por Estados Unidos en su guerra contra el terrorismo son contrarias a los mejores valores de su cultura y, lo que aún es peor, son contraproductivas".

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