¿‘Un primer damo’?

Actualizado
  • 23/02/2009 01:00
Creado
  • 23/02/2009 01:00
BUENOS AIRES. Sin tener un cargo oficial, el ex presidente argentino Néstor Kirchner llama y recibe ministros y gobernadores y se asegu...

BUENOS AIRES. Sin tener un cargo oficial, el ex presidente argentino Néstor Kirchner llama y recibe ministros y gobernadores y se asegura que elige funcionarios y distribuye fondos para obras públicas. Según analistas, su influencia empaña la gestión de su esposa y sucesora, Cristina Fernández, y afecta las instituciones.

Kirchner tenía la oportunidad inédita de acompañar como cónyuge a la primera presidenta elegida directamente como tal en las urnas en Argentina. Sin embargo y pese a que prometió jocosamente que sería “un primer damo”, dista mucho hoy de tener un rol subordinado en la actual gestión. Cuando sólo han pasado 14 meses de los cuatro años de mandato de Fernández, distintos observadores consultados por IPS coincidieron en que, sin ninguna duda, la pareja “co-gobierna”.

Es que Kirchner no oculta su intervención en asuntos de Estado, a diferencia del bajo perfil que mantuvo su esposa en la pasada administración de 2003 a 2007, aunque era la principal senadora del gobernante sector centroizquierdista del Partido Justicialista (peronista).

Para Carla Carrizo, profesora de ciencias políticas de la Universidad Católica Argentina, el co-gobierno “tiene un efecto negativo tanto en la lucha por un desarrollo institucional moderno, consolidado, como en la batalla por la igualdad de género”.

No obstante, esta experta cree que los factores del desencanto entre el liderazgo esperado y el verdaderamente ejercido por la mandataria no responden al hecho de que es mujer sino a su dudosa legitimidad de origen. Ella fue designada candidata por su propio esposo y no como producto de una competencia interna.

TODO COSTARÁ DOBLE

Fernández suele decir que por ser mujer “todo le costará el doble”, pero lejos de batallar contra esos prejuicios, acepta un co-gobierno que la debilita, comentó a IPS. Desde el inicio de su gestión, su esposo deja entrever su influencia.

En las últimas semanas, el involucramiento de Kirchner se hizo más visible. Desde su oficina en la residencia presidencial de Olivos, localidad de la zona metropolitana de Buenos Aires, recibe a gobernadores, intendentes, ministros y otros funcionarios.

Preocupado por las elecciones legislativas de este año, Kirchner, que preside el Partido Justicialista, consulta a gobernadores e intendentes por sus planes de obras públicas y les facilita el envío de fondos, afirman analistas. Esta práctica, ajena a las normas institucionales, fue puesta en evidencia por más de un beneficiario. El más claro fue Ricardo Quintela, intendente de La Rioja, capital de la provincia homónima, quien admitió en rueda de prensa que “no esperaba que Kirchner diera respuesta con tanta celeridad a la firma de convenios por obras públicas”.

El ex mandatario le había prometido agilizar su pedido y cumplió. En una semana le fue enviado por el gobierno nacional casi 100 millones de pesos (28 millones de dólares).

LAS MUJERES

En tanto, Fernández se afirma en un papel tradicional. "Las mujeres somos doble turno: el que nos corresponde como profesionales, funcionarias? y el turno de amas de casa", declaró al anunciar un plan de créditos para la adquisición de lavarropas, cocinas, calefones y otros enseres.

“Yo convivo con un ex presidente y la presidenta soy yo, pero las cosas que hay que resolver en ese ámbito (doméstico) no se las consultan a él”, remarcó.

DIFERENCIAS

Para la socióloga argentinaCecilia Lipszyc, presidenta de la Asociación de Especialistas Universitarias en Estudios de la Mujer, los Kirchner son “una pareja política desde hace tiempo” y así como ella influía en la gestión de él “desde las sombras”, él “no se invisibiliza porque está imbuido de una concepción patriarcal del poder”.

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