La Policía Nacional aprehendió al alcalde electo de Pocrí por presunto peculado, tras una investigación relacionada con proyectos no ejecutados del Conades...
- 14/03/2013 01:00
¡ Es verdad! La Era está pariendo nuevos corazones, y en este siglo latinoamericano y caribeño, uno de ellos tan grande como el amor ha dejado de latir, pero su ritmo armonioso y acompasado alcanzó los pentagramas sociales de la República Bolivariana de Venezuela, de Nuestra América y del mundo. Por mucho tiempo seguiremos escuchando su mensaje y cantaremos gloria a los bravos pueblos que decidieron vivir bien, con dignidad, independencia y soberanía.
El Presidente Hugo Chávez Frías cabalgó con prisa, pero sin pausa, por los senderos de la liberación de la Patria Grande. Entonces nada pudo detener su impulso redentor, su compromiso y suerte con los pobres a quienes dio sentido de país y libertad para construir sus propios destinos, desde una perspectiva dialéctica, no metafísica; así la esperanza resultó un verdadero programa de transformación reveladora de las capacidades, cohesión social y dinámica de los nuevos tiempos enfrentados a los viejos fantasmas oligárquicos e imperiales que se resisten a ser barridos, tanto en las urnas como en la conciencia colectiva venezolana.
La trascendencia y legado del Presidente Chávez no dependerá de la validación de sus adversarios; al contrario, su impronta permanecerá en los procesos cotidianos y políticos de la Quinta República, cuya marcha responde a una realidad histórica de participación y espacios de decisiones autónomas, sustentadas en el imaginario nacional siempre en negación y conflicto con los poderes fácticos locales, tradicionales con epicentro en el norte ajeno a la unidad e integración latinoamericana y caribeña.
Su pensamiento es un inventario de realizaciones, inspiradas en los grandes temas y problemas, anunciados por los próceres de la independencia de Nuestra América; compromisos que supo comprender en su complejidad y bondades que asumió como irrenunciables e impostergables, frente a las actuales apetencias de los centros hegemónicos y corporaciones que han dado valor de uso y de cambio a toda la naturaleza, incluidos los habitantes del planeta.
Ya habrá suficiente tiempo para verificar los alcances y significado del accionar del Presidente Hugo Chávez Frías. Por lo pronto, sólo habría que coincidir con el Presidente colombiano José Manuel Santos, en que la paz como proyecto sólido es gracias a la dedicación y al compromiso de Chávez. Asimismo, las alternativas como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Petrocaribe, entre otras iniciativas integracionistas, son el resultado de los empeños bolivarianos del desaparecido mandatario venezolano.
Finalmente, habremos de concluir en que la solidaridad como concepto y acción humanitaria y revolucionaria, en la Era chavista, constituyó una acción sublime que perdurará por siempre, más que hasta ahora y en permanente construcción.
INTERNACIONALISTA