La defensa de Rousseff juega sus últimas cartas

Actualizado
  • 07/07/2016 02:00
Creado
  • 07/07/2016 02:00
La mandataria suspendida asegura en una carta que no hubo desviación del patrimonio público durante su gestión

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, quemó el miércoles sus últimos cartuchos frente a la comisión del Senado que la juzga por supuestos delitos fiscales y alertó otra vez sobre el ‘golpe' que supondría su posible destitución.

‘Brasil no merece sufrir una nueva ruptura democrática', afirmó la mandataria, suspendida de sus funciones desde el pasado de 12 de mayo para responder a un juicio político, en una carta dirigida a la comisión del Senado responsable del proceso.

En la misiva de 32 páginas la mandataria suspendida señalaba que en ningún momento desvío ‘ni un centavo del patrimonio público para mi enriquecimiento personal o el de terceros'.

A su vez defendió la legitimidad de su mandato pues fue votada por más de 54 millones de brasileños en las elecciones del 2014.

También hizo un repaso de su vida política, que inició en su juventud con grupos que resistían a la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, y asegura que ‘nunca' dejó de luchar por la democracia y por ‘la construcción de una sociedad más justa'.

Rousseff tenía la oportunidad de presentarse personalmente ante la comisión, pero optó por enviar a su abogado, José Eduardo Cardozo, quien leyó la carta en la que insiste en que ‘se juzga a una persona inocente'.

Cardozo admitió que le recomendó a Rousseff que no comparezca, pero no aclaró las razones, explicadas por el senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT).

‘Le pedimos que no venga a este juego de cartas marcadas para no legitimar un golpe', declaró Farias, quien generó así protestas de la mayoría de los miembros de la comisión de 21 senadores que se inclina por la destitución, informa la agencia Efe .

La senadora Simone Tebet, quien ya ha manifestado su convicción sobre la culpabilidad de Rousseff, afirmó en respuesta a Farias que la comisión ha acumulado ‘más de 200 horas de trabajo' en las que ha escuchado a 39 testigos y agregó que eso ‘no puede ser tildado de fraude y mucho menos de golpe'.

La mandataria está acusada de diversas irregularidades fiscales, que incluyen la firma de decretos que alteraron los presupuestos sin autorización del Congreso, y de haber contratado créditos para el Gobierno con la banca estatal, todo lo cual está prohibido por las leyes que rigen el uso del dinero público.

Con la sesión de ayer, concluyó la fase de producción de pruebas y se abrió un plazo para la presentación por escrito de los últimos alegatos de la defensa y la acusación, que servirán como base para la elaboración de un informe final sobre el caso.

Ese informe será presentado a la comisión el próximo 2 de agosto y luego remitido al pleno del Senado, donde deberá ser votado el día 9 de ese mismo mes.

Si en esa instancia fuera aprobado por una mayoría simple de 41 votos entre los 81 posibles, la Corte Suprema volverá a convocar al pleno del Senado para una última sesión, en la que Rousseff sería destituida si lo respaldase una mayoría calificada de 54 senadores (dos tercios).

De llegarse a ese extremo, el que ahora es el presidente interino de Brasil, Michel Temer, concluirá el mandato que vence el 1 de enero de 2019.

No obstante, si Rousseff fuera absuelta, recuperará el poder una vez que se publique la sentencia.

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SENTENCIA

La decisión final sobre el destino de Rousseff sería conocida en agosto

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