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Paso Canoas, un ‘infierno’ para migrantes varados en la frontera de Costa Rica y Panamá
- 18/08/2023 11:15

Un aeródromo abandonado alberga ahora un miserable campamento con miles de migrantes que cruzaron desde Panamá a Costa Rica y quedaron varados al carecer de 30 dólares para seguir rumbo hacia Estados Unidos.
Paso Canoas, el principal paso fronterizo entre Panamá y Costa Rica, se ha convertido en una encrucijada para los migrantes: los que tienen dinero se quedan solo unas horas en el lugar y los que no tienen ven su “sueño americano” convertirse en “pesadilla”.
“Los 22 días que yo tengo aquí, para mí es un infierno porque mis hijos han estado enfermos, hemos pasado hambre porque no hemos tenido dinero, no hemos podido salir a pedir, aunque sea, no podemos salir a trabajar”, dice a la AFP desconsolado el venezolano José Toro.
El migrante de 25 años ve partir a diario 50 autobuses amarillos y verdes desde el campamento lleno de lodo rumbo a la frontera con Nicaragua. Es un trayecto de 350 kilómetros a través de la ruta Interamericana, que demora nueve horas.
El billete de autobús cuesta 30 dólares innegociables por persona, ya sea adulto, niño o bebé, tarifa que muchos migrantes no pueden pagar.
“Si tuviéramos la oportunidad y el dinero para seguir adelante no estaríamos aquí estancados”, comenta Toro.
Algunos gastaron lo poco que ten+ian al cruzar la peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Otros fueron asaltados o extorsionados por bandas criminales que operan en la zona y perdieron hasta el último dólar.
Un récord de más de 248,000 migrantes han cruzado desde Sudamérica la inhóspita selva panameña en lo que va de este año, más que en todo 2022, según el gobierno panameño.
De ellos, poco más de 204,000 han ingresado a Costa Rica por Paso Canoas tras recorrer casi 1,000 kilómetros por territorio panameño, según cifras oficiales.
Al ingresar a Costa Rica, los migrantes son enviados al lúgubre campamento.
Era el recinto de una antigua feria comunal y sirve de solución improvisada desde mayo. Lo habilitó el gobierno de Costa Rica ante las quejas de vecinos y comerciantes del pueblo de Paso Canoas por los cientos de migrantes desamparados que deambulan por las calles.
Éste es un pueblo binacional. Una porción pertenece a Panamá y la otra a Costa Rica.
La gente de la zona costarricense se queja por la suciedad y la inseguridad que genera la presencia de los migrantes, en su mayoría venezolanos, ecuatorianos y haitianos.
Pero los migrantes también se quejan por el calvario que viven en Paso Canoas.
“Estamos en un sufrimiento”, señala a la AFP el venezolano Daniel Serrano, varado desde el 2 de agosto.
“Veníamos a buscar un mejor sueño, pero lamentablemente hemos encontrado una pesadilla porque ningún ente gubernamental nos está ayudando”, agrega este trabajador social de 42 años.
El campamento tiene apenas media docena de baños inmundos y rodeados de basura. Unos 10 metros cuadrados de techo de planchas metálicas salvan a los afortunados que plantaron debajo sus pequeñas tiendas de campaña.
El resto sufre a la intemperie los más de 30 grados celsius y los aguaceros diarios que empantanan el terreno.
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