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- 11/11/2010 01:00
BAGDAD. Seis muertos y 33 heridos dejó una nueva ola de atentados que se desató el martes en la noche contra la comunidad cristiana de Bagdad, provocando pánico entre los fieles que en su mayoría no ven otra salida que huir. ‘Desde el martes en la noche, hubo 13 bombas y dos obuses de mortero contra casas y negocios pertenecientes a cristianos, que dejaron en total seis muertos y 33 heridos’, indicó ayer una fuente del ministerio de Defensa, que también dio cuenta de una iglesia dañada.
Tres casas pertenecientes a cristianos de Mansur (oeste) fueron blanco de atentados, los que dejaron tres heridos, uno de ellos un bebé de cuatro meses, según el vicario episcopal siriaco católico, monseñor Píos Kasha.
Apenas diez días después de la matanza en una iglesia de Bagdad donde murieron 44 fieles y dos sacerdotes, un arzobispo siriaco católico lanzó un llamado a la comunidad internacional, estimando que no ayudar a los cristianos de su país sería ‘criminal’.
TESTIMONIOS
El pánico convive con los cristianos de Bagdad y muchos se plantean salir corriendo de allí. ‘Hace dos años que mi esposa trata de convencerme de irnos del país, pero yo no estaba de acuerdo. Hoy, estoy seguro que tiene razón pues no quiero sentirme culpable si ocurriera una desgracia a uno de mis hijos’, afirmó Raed Wissam, un obrero de 42 años. Éste dormía en su domicilio del barrio de Dora (sur) cuando una potente explosión lo despertó bruscamente, alrededor de las 06H00 (03H00 GMT).
‘Corrí por el techo para ver lo que ocurría y escuché otras tres explosiones. Tres casas de cristianos acababan de ser blanco de bombas. Mis dos hijos gritaban’, relató.
Otra historia conmovedora es la de Emmanuel Karim, un informático de 27 años, se preparaba para partir al trabajo en su casa del barrio de Camp Sara (centro) cuando una bomba estalló junto al automóvil que era de su tío, muerto el 31 de octubre en el ataque contra la iglesia.
Muchos de los afectados, sobre todo los sacerdotes hacen un llamado a la comunidad internacional para que ponga sus ojos en la preocupante situación de los cristianos en Irak. Por su parte, el arzobispo siriaco católico Athanase Matti Shaba Matoka consideró ‘trágica’ la situación de los cristianos de Irak. ‘Sería criminal de parte de la comunidad internacional si no se ocupase de la seguridad de los cristianos’, expresó en la catedral, donde trataba de consolar a sus fieles.
‘No se sabe qué objetivo persiguen esos criminales, pero lo que es cierto es que ésto llevará aún a más cristianos a emigrar. ¿Dónde está la seguridad que el gobierno debe ofrecer a los ciudadanos cristianos o musulmanes’, se preguntó el monseñor Kasha.
Por otro lado, los fieles se siente impotentes y perdidos sobre lo que deben hacer ante esta ola de violencia y como terapia acuden a los sacerdotes para pedirles consejos. Al menos, dentro de esta pesadilla, se sienten un poco más tranquilos descargando todos sus temores.