Los cambios de la reforma laboral de François Hollande

Actualizado
  • 28/05/2016 02:01
Creado
  • 28/05/2016 02:01
La reforma es parte del paquete de exigencias de Bruselas al gobierno socialista de Hollande

Pese al amplio rechazo que ha supuesto la nueva reforma laboral en Francia, el presidente François Hollande aseguró que se mantendrá ‘firme' frente a una revuelta social que podría intensificarse.

La reforma es parte del paquete de exigencias de Bruselas al gobierno socialista de Hollande. El texto contempla darle primacía a la negociación directa entre el empresario y el trabajador, por encima del código de trabajo y los convenios colectivos, según el diario El Mundo .

Entre otras medidas, se admiten los despidos colectivos, indemnizaciones rebajadas por despido improcedente (cuando el trabajador no está conforme con el despido) y establece las normas que justificarían el despido económico (si la empresa está sufriendo perdidas o no obtiene las ganancias esperadas).

PROTESTAS

El texto también contempla que las horas extras podrían disminuir significativamente, siempre y cuando la empresa y el comité sindical lo acepten, informa el diario El País .

El documento no suprime la ley que establece 35 horas laborales por semana, no obstante da a las empresas la posibilidad de saltarse esta legislación. El límite de horas laborales puede justificarse si hace falta realizar estructuraciones, aperturas de nuevos mercados o ‘causas excepcionales'.

El gobierno defiende que la reforma daría mayor ‘flexibilidad' a las empresas, y las haría más competitivas. Según el primer ministro francés, Manuel Valls, la reforma está ‘inspirada' en la actual norma laboral del gobierno español de Mariano Rajoy.

‘Ellos insisten en que el problema está en los salarios, en el nivel de protección social, en la competitividad… No. El problema es el coste del capital, el beneficio del capital', dijo Philippe Martínez secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT).

El texto fue conocido inicialmente a través de filtraciones, causando el rechazo de la población. Los sondeos señalaban que un 70% de la población estaba en contra de la reforma, así como los grandes sindicatos y organizaciones estudiantiles.

La excepción fue la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), que solo exigía la retirada del tope a las indemnizaciones, pero el resto de las organizaciones exigían la total retirada del texto.

A falta de apoyo en la Asamblea, el Ejecutivo aplicó la ley 49.3, para validar la reforma sin la necesitad del voto parlamentario, pasando directamente al Senado.

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