Escalada de tensión entre Erbil y Bagdad por la provincia de Kirkuk

Actualizado
  • 13/10/2017 14:43
Creado
  • 13/10/2017 14:43
Kirkuk, ciudad rica en petróleo, se ha convertido en el centro de la tensión entre los Gobiernos de Irak y el Kurdistán iraquí

La tensión entre los Gobiernos de Irak y de la región autónoma del Kurdistán iraquí han aumentado debido a la disputa por Kirkuk (noreste), después de que los kurdos rechazaran entregar a los iraquíes parte de la provincia que tienen ocupada desde 2014.

Miles de combatientes armados de las tropas kurdas peshmergas han sido desplegados en la provincia de Kirkuk para "defenderla a toda costa" de los posibles ataques de las fuerzas iraquíes y milicias chiíes Multitud Popular en el área, aseguró hoy una fuente del Gobierno de la región del Kurdistán iraquí.

"Miles de unidades de peshmergas armados se encuentran ahora en sus posiciones alrededor de Kirkuk. Su orden es defenderla a cualquier precio", dijo en un tuit Hemin Hawrani, asesor del presidente kurdo, Masud Barzani.

De hecho, la policía iraquí ya ha tomado hoy el control de dos zonas en el sur de la provincia de Kirkuk tras la retirada de los peshmergas, reveló a Efe el comandante de la Policía federal iraquí Samir al Yaburi.

Las fuerzas de la brigada 106, una de las unidades de las tropas kurdas, "se retiraron -aseguró- de las localidades de Taz y Bashir", a unos 30 kilómetros al sur de la ciudad de Kirkuk y habitadas por la minoría turcomana chií.

Al Yaburi explicó que fue una unidad del cuerpo policial "Respuesta Rápida" quien tomó el control de esas dos zonas. Agregó que el primer ministro de Irak, Haidar Al Abadi, ha decidido "congelar" el avance de las fuerzas iraquíes hacia Kirkuk durante las próximas 48 horas debido a un "diálogo con la parte kurda" para resolver la crisis en esas zonas disputadas que se ubican entre Erbil -capital del Kurdistán- y Bagdad.

Esos territorios, entre los que están la ciudad de Kirkuk y alrededores, así como Diyala, Saladino y zonas de la provincia de Nínive, están ocupados por las tropas kurdas desde que expulsaron al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en 2014, aunque administrativamente pertenecen a Bagdad.

Pero Kirkuk, ciudad rica en petróleo, se ha convertido en el centro de la tensión entre ambos Gobiernos, sobre todo tras el referéndum de independencia celebrado en septiembre por los kurdos iraquíes: Bagdad ha anunciado su intención de administrar la extracción de crudo de sus pozos.

Esas 48 horas de "diálogo" son las que Al Abadi ha dado como ultimátum a Erbil para entregar Kirkuk a las autoridades iraquíes. Pero las unidades peshmergas han rechazado entregar la urbe.

En una rueda de prensa celebrada en la ciudad de Kirkuk, el comandante kurdo Yafar Shij Mustafa aseveró que unidades de Multitud Popular -apoyadas por Irán- y la Policía Federal iraquí se acercaron a la provincia de Kirkuk tras una orden de Al Abadi para irrumpir en ella y controlar los pozos petrolíferos, los aeropuertos y los cruces.

Las fuerzas iraquíes dieron primero un plazo de "dos horas" a las tropas peshmergas para entregar Kirkuk, pero fue rechazado. Después, Al Abadi prolongó el plazo a 48 horas para dialogar, con la advertencia de que, en caso de que fracasen las negociaciones, las fuerzas iraquíes "seguirán adelante para implementar su misión", indicó Mustafá. Este segundo ultimátum también fue rechazado, añadió. Reveló que pese a "no hay enfrentamientos" con las fuerzas iraquíes, los peshmergas están preparándose y "están dispuestos a defender al pueblo del Kurdistán".

Por su parte, el primer ministro del Gobierno kurdo, Nechirvan Barzani, aseveró en un comunicado que están "preparados para un diálogo constructivo" e hizo un llamamiento a la comunidad internacional para "intervenir y prevenir una nueva guerra en la región".

En Bagdad, la comandancia de las Operaciones Conjuntas iraquíes negó en un comunicado que las unidades castrenses hayan lanzado una operación militar en el sur de Kirkuk, tal y como divulgaron varios medios de comunicación.

También Al Abadi negó ayer que pretendiera hacer uso de la fuerza militar en el área. "No vamos a usar nuestro ejército contra nuestro pueblo y no lanzaremos una guerra contra los ciudadanos kurdos. Nuestro deber es mantener la unidad del país y aplicar la Constitución y proteger a los ciudadanos y las riquezas nacionales", dijo

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