La ONU alarmada por el incremento de los ataques a civiles en Libia

Actualizado
  • 09/05/2020 00:00
Creado
  • 09/05/2020 00:00
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil

La misión de la ONU para Libia (UNSMIL) condenó hoy el incremento de los ataques contra zonas civiles en Trípoli, y en particular el bombardeo del jueves en el barrio capitalino de Zawiat al-Dahmani en el que murieron dos civiles y dos más resultaron heridos y que se atribuye a las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, tutor del gobierno no reconocido en el este de Libia y hombre fuerte del país.

"La UNSMIL continuará documentando violaciones para ser compartidas, cuando corresponda, con el Panel de Expertos y la Corte Penal Internacional", advirtió en un comunicado en el que también expresó su "alarma por la intensificación de los ataques indiscriminados en un momento en que los libios merecen observar pacíficamente el mes sagrado del Ramadán y un momento en que están luchando contra la pandemia COVID-19.

"Estas acciones despreciables son un desafío directo a los llamados de algunos líderes libios para poner fin a la lucha prolongada y para la reanudación del diálogo político", afirmó.

"Estos ataques muestran un flagrante desprecio por el derecho internacional humanitario y el derecho de los derechos humanos y pueden constituir crímenes de guerra. Todas las partes en conflicto deben respetar sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, incluido el cumplimiento de los principios de distinción, proporcionalidad y precauciones en los ataques para prevenir víctimas civiles", concluyó.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diversos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde que en abril de 2019 Hafter -al que apoyan Jordania, Arabia Saudi, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Rusia- pusiera cerco a la capital para arrebatársela al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU (GNA) -al que apoyan Italia, Catar y Turquía-, el enfrentamiento fratricida se ha tornado en un conflicto multinacional privatizado sin Ejércitos, librado por milicias locales y mercenarios extranjeros.

Solo en el último año de combates han muerto más de 1.700 personas -en torno a 350 civiles-, cerca de 17.000 han resultado heridas y alrededor de 200.000 se han visto obligadas a huir de sus hogares y convertirse en desplazados internos.

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