Trabajadores franceses cierran filas contra reformas a las pensiones de Macron

Actualizado
  • 28/12/2019 00:00
Creado
  • 28/12/2019 00:00
La propuesta del Ejecutivo de modificar el sistema de pensiones, incluyendo el aumento de la edad de jubilación, ha desatado la huelga más larga desde 1995

La huelga general contra las reformas a la seguridad social, impulsadas por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, entran ya en su cuarta semana hacia lo que parece ser un punto muerto entre los sindicatos y el Gobierno.

Esta huelga nacional se ha convertido en la más larga desde el año 1995.

El Ejecutivo francés propone la sustitución de los 42 regímenes especiales de pensiones por uno solo de carácter “universal”, que establecería una única edad de jubilación, aumentando esta a 64 años y que llevaría una reducción de un 20% de las pensiones; una decisión ampliamente rechazada por los sindicatos.

Tras anunciarse la medida, diversos gremios convocaron el pasado 5 de diciembre a un paro nacional acompañado de movilizaciones; desde operadores del sistema ferroviario a trabajadores del metro, camioneros e incluso las bailarinas de la Ópera de París han respaldado la medida de presión, ante lo que Macron ya dijo que no retirará su propuesta, aunque dejó abierta la posibilidad de hacer algunos cambios a través de negociaciones.

Desde el Palacio del Elíseo ya adelantaron el pasado 18 de diciembre algunas concesiones para sectores específicos con los que se han dado conversaciones, como los bomberos, la policía, los camioneros o los controladores de tráfico aéreo, negociaciones que apuntan a evitar el aumento de la edad de jubilación.

Tras no alcanzar una “tregua” por las fiestas de fin de año, la huelga se perfila como una batalla de desgaste con los sindicatos, fundamentalmente protagonizados por los trabajadores de la compañía ferroviaria nacional (SNCF) y la compañía de transporte público de París (RATP).

Se espera que el Ejecutivo y los gremios se vean las caras el próximo 7 de enero, mientras se mantienen convocados nuevos llamados de protestas de otros sectores en momentos en que el paro impuso un nuevo récord al ser la huelga más larga desde 1995, un precedente que no puede dejar pasar el mandatario francés.

Hace 24 años aquella huelga también discutía cambios a las pensiones y al mando del ajuste estaba el primer ministro conservador Alain Juppé que, irónicamente, es padrino político de quien está en el mismo cargo hoy en el Gobierno de Macron, Édouard Philippe.

Luego de 23 días de paro Juppé se vio obligado a abandonar la propuesta, un destino que Macron busca evitar a toda costa, quizás con la aplicación de una reforma parcial.

Esta no sería la primera vez que el mandatario galo retrocedería ante demandas sociales en las calles. Las protestas de los “chalecos amarillos” durante 2018 lograron poner contra las cuerdas a Macron, obligándolo no solo a revertir el alza de combustible que proponía sino que también alcanzaron una subida de 100 euros al salario mínimo.

Este viernes la Confederación General de Trabajo (CGT) anunció que no descarta que se unan a la huelga empleados de las refinerías, según reportes de la agencia Efe.

Por su parte, el Gobierno insiste en que la pelota está en la cancha de los sindicalistas de cara la reunión del 7 de enero. Para este sábado se esperan movilizaciones de los huelguistas en toda Francia.

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