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- 30/04/2016 11:28
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El primer crucero de Estados Unidos a Cuba en más de 50 años partirá este domingo precedido de polémica y sin que todavía los cubanos residentes o nacionalizados en el país norteamericano puedan disfrutar sin trabas de los viajes a la isla.
Aunque el Gobierno de Raúl Castro autorizó el 18 de abril que los cubanos puedan entrar a su país por mar, lo que estuvo prohibido durante varias décadas, para poder hacerlo, tanto los cubanos como los cubano-estadounidenses necesitan visado, razón por la cual será difícil que en el viaje inaugural de la línea de Carnival a Cuba hayan muchos pasajeros originarios de la isla caribeña.
"Los cubanos debemos tener el derecho natural de entrar libremente al territorio nacional y salir del mismo sin que medie el proceso discriminatorio de visado o la llamada 'habilitación' del pasaporte, que es una modalidad de visado también", expresó a Efe Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia.
Organizaciones del exilio cubano en Miami (EE.UU.) instaron a un cambio en el sistema de visas cubano que a su juicio exige de forma "caprichosa" y "arbitraria" a sus ciudadanos este permiso para poder ingresar al país, ya sea por barco o por avión.
Orlando Gutiérrez, fundador del Directorio Cubano, criticó que los isleños están sometidos a comprar un pasaje sin saber si obtendrán permiso de entrada a la isla, pues "tarda hasta cinco meses y cuesta hasta 425 dólares para aquellos que dejaron Cuba después de 1970".
Para los cubanos que dejaron su país antes de 1970 el costo aproximado del trámite, de unos 30 a 40 días, es de 220 dólares.
La discriminación, según Sánchez, se extiende a los isleños que se han hecho ciudadanos estadounidenses, a quienes también les exigen sacar el pasaporte cubano y un visado para ingresar a Cuba.
"La visa es para discriminar a la persona basada en su opinión política", denunció el activista.
Estas "trabas" en el visado harán que el barco Adonia, de la empresa Fathom, una filial de Carnival, probablemente no lleve a ningún "cubano-estadounidense" en su viaje inaugural a la isla, señaló a Efe Frank Calzón, director del Centro para una Cuba Libre.
Precisó que estos ciudadanos deben hacer la reserva con 90 días de antelación y se arriesgan a perder su dinero en caso de que les nieguen la visa.
Sin embargo, Roger Frizzell, jefe de comunicaciones de Carnival Corporation, dijo a Efe que en principio Fathom reembolsará el dinero a aquellos que reservaron y no aseguraron "las credenciales para viajar".
Frizzell además se mostró seguro de que sí van a tener entre sus pasajeros a "varios" cubanos y cubano-estadounidenses.
Andrés Andrés, un cubano nacido en La Habana y con nacionalidad estadounidense desde hace unos veinte años, es uno de los que no podrá viajar.
Andrés señaló a Efe que la compañía le respondió que "las ofertas no cubren en este momento a ciudadanos estadounidenses nacidos en Cuba".
Según la web de la empresa, "Fathom obtendrá visas -tarjetas de turista- para todos los viajeros que participen en el programa educacional de Fathom, excepto los ciudadanos estadounidenses nacidos en Cuba".
"Rechazo eso, yo ya no soy cubano", dijo Andrés al explicar que según el artículo 32 de la Constitución de la isla, la ciudadanía de Cuba se pierde "automáticamente" cuando sus nacionales se hacen ciudadanos de otros países.
En el caso de un turista estadounidense, que no haya nacido en Cuba, el trámite es inmediato con el pago de 75 dólares por la visa, que llaman también "tarjeta de turista".
Tras la autorización de los gobiernos de EE.UU. y Cuba para esta primera ruta de Carnival, como parte del deshielo de sus relaciones, la empresa se rehusó en un principio a vender pasajes a los cubanos y cubano-estadounidenses en cumplimiento de una ley del Gobierno de la isla que prohibía a los nacionales del país la entrada por vía marítima.
Y aunque la compañía estadounidense cedió ante las protestas y demandas por "discriminación" que supuso esa política, y luego el Gobierno de Raúl Castro aceptó la entrada de sus nacionales por mar, la comunidad cubana en Miami lo considera "insuficiente".
"Se nos trata como extranjeros en nuestra propia tierra", lamentó el presidente del Movimiento Democracia, que califica el hecho como una violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El grupo tiene previsto acompañar con el barco "Democracia" y otras embarcaciones que se quieran sumar, la histórica salida del Adonia, que zarpará del puerto de Miami a la isla este domingo.
La flotilla estará en la Bahía Vizcaíno con pancartas de agradecimiento a Carnival por no haber cedido a las presiones del Gobierno cubano, pero también contra el régimen de la isla por la "discriminación inaceptable" en el sistema de visas.
Aunque reconoció como un "gran paso" el permitir que los cubanos entren y salgan por mar a su país, Sánchez hizo un llamado a reivindicar por completo los derechos de los cubanos.