El FBI investiga a la Guardia Nacional desplegada en Washington en búsqueda de radicales

Actualizado
  • 19/01/2021 00:00
Creado
  • 19/01/2021 00:00
El FBI ha investigado a las tropas desplegadas en la capital para proteger la toma de posesión de Biden, ante el miedo de ataques internos
El Ejército ha redoblado esfuerzos tras el asalto al Capitolio.

El FBI ha investigado a los 25,000 miembros de la Guardia Nacional que se han desplazado a Washington para proteger la toma de posesión del presidente electo Joe Biden este miércoles. Según informa The Associated Press, oficiales del Pentágono están preocupados por un posible ataque interno u otro tipo de amenaza por parte de los servicios de seguridad que deben proteger la ceremonia.

Al menos dos soldados de la Guardia Nacional figuran entre los detenidos por su participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero. En el acto que precedió a los disturbios, y en el que intervino el presidente Donald Trump, estuvieron presentes decenas de soldados, miembros y ex miembros de las fuerzas de seguridad. Algunos de los grupos de ultraderecha vinculados con el asalto, como los Oath Keepers o los Three Percenters, cuentan con una nutrida representación de soldados, veteranos y agentes de policía en sus filas.

El FBI está llevando a cabo una somera revisión de las fichas de todos los soldados destinados a Washington, así como de las bases de datos con investigaciones relacionadas con asociaciones extremistas y terrorismo doméstico, según informó David Gómez, supervisor de la Agencia Federal de Investigación en Seattle, según detalla Carlos Fresneda, corresponsal en Washington del diario El Mundo.

“Estamos revisando continuamente el proceso y examinando por segunda y tercera vez a cada uno de los soldados que participan en esta operación”, declaró Ryan McCarthy a la agencia AP, al término de un ensayo general para la ceremonia celebrado el domingo en Virginia.

Según McCarthy, el Ejército no solo ha redoblado sus esfuerzos para detectar posibles amenazas internas, sino que ha sido adiestrado especialmente para “identificarlas” y neutralizarlas. Los dos mayores riesgos contemplados son, sin embargo, “un ataque por parte de grupos armados” o un atentado con explosivos.

“A la menor indicación de que alguno de nuestros soldados haya expresado visiones extremistas, será entregado a las fuerzas de seguridad o la cadena de mando”, advirtió el general Daniel R. Hokanson, al frente de la Agencia de la Guardia Nacional, encargado de despachar personalmente a las tropas que han convertido Washington en una ciudad militarizada.

Hasta el momento no se han detectado amenazas internas ni se han disparado las alertas rojas. “Nuestra prioridad es garantizar una transferencia de poderes sin incidentes”, advirtió Ryan McCarthy. “Queremos mandar el mensaje a Estados Unidos y al resto del mundo de que podemos hacer esto de un modo seguro y pacífico”.

Pese al temor a incidentes violentos durante el fin de semana, Washington vivió una situación de tensa calma. Las escasas protestas se celebraron ante apenas una decena de capitolios locales como el de Michigan, donde la Guardia Nacional mantuvo bajo vigilancia a un puñado de manifestantes armados.

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