Sin papel, no hay periódico

Muchos gobiernos, en Europa y en América, están utilizando la crisis económica como justificación para llevar a cabo políticas que entroncan directamente con su opción ideológica o que responden a propósitos íntimos no manifestados a la ciudadanía. Este parece ser el caso del Gobierno de Venezuela y su cruzada contra los medios de comunicación críticos con las políticas y las formas del chavismo en general, y con el Gobierno de Nicolás Maduro en particular.

El difícil acceso a las divisas impide a muchos diarios venezolanos importar papel y más de una decena de periódicos han cerrado sus puertas o han visto reducidas drásticamente sus páginas.

Pero si grave es que el Gobierno venezolano use la crisis como excusa para acallar por omisión las voces críticas, la gravedad aumenta cuando la crisis está generada por las erróneas decisiones políticas y económicas de los últimos gobiernos. En esta situación, la ventaja de los medios de comunicación es que tienen capacidad de denuncia, pero son muchos los venezolanos que carecen de un altavoz para manifestar las extremas dificultades que les está generando las políticas del Gobierno de su país.

Los medios de comunicación independientes, que no están al servicio de ninguna ideología o poder económico, cumplen un papel fundamental en una democracia, son un contrapeso a los gobiernos y a los otros poderes del Estado. Es inimaginable una democracia sin periódicos. Fue un periódico el que publicó el escándalo Watergate que hizo dimir a Nixon. Ha sido otro periódico el que ha publicado los papeles de wikileaks o las revelaciones de Snowdem, obligando al todo poderoso Gobierno norteamericano a cambiar su legislación sobre escuchas y espionaje. Por eso debemos apoyar la campaña de los medios de comunicación venezolanos, #SinPapelNoHayPeriodico porque, aunque con las nuevas tecnologías la afirmación es dudosa, lo que es del todo cierto es que sin el papel que juegan los medios críticos e independientes, en los países sólo escucharíamos el silencio de los cementerios o el monólogo de los poderosos.

LETRA INTERNACIONAL