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- 22/11/2015 01:00
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Unos 32 millones de argentinos decidirán hoy si el derechista Mauricio Macri o el oficialista Daniel Scioli gobernará el país, aunque gane quien gane, el futuro presidente deberá conciliar fuerzas, dado que ninguno tendrá un mapa político tan afín como el que construyó la saliente Cristina Kirchner.
Macri lidera la intención de voto luego de la primera vuelta del 25 de octubre, cuando Scioli lo venció por tres puntos (37% a 34,1%).
Si gana Macri, su principal dolor de cabeza estará en el Congreso, donde seguirá siendo mayoría el oficialista Frente para la Victoria.
Un Scioli presidente gobernará, como siempre lo ha hecho el Ejecutivo, con un signo político contrario en la capital, pero con el hecho inédito de que también la provincia de Buenos Aires (la más importante del país) estará en manos de la oposición.
Así, Macri dependerá de aliados no siempre predecibles. La lucha será ardua a menos que eche mano a los decretos, instrumento que deberá utilizar con precisión si quiere honrar su promesa de mayor institucionalidad.
Macri ya abrió el paraguas: anunció que de ser elegido convocará ‘cuanto antes' a un pacto de gobernabilidad.
Diferente (aunque no menos complicado) es el escenario de un Scioli presidente, político cuya principal impronta es la conciliación.
Quizás el mayor reto de Scioli esté en sostener sus promesas de campaña acerca de mantener subsidios, rebajar impuestos y atraer inversiones en medio de una puja con los mercados financieros donde se descuenta una devaluación.