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- 16/08/2011 02:00
- 16/08/2011 02:00
LA PAZ. Indígenas bolivianos iniciaron ayer, lunes, una marcha para oponerse a la construcción de una ruta que corta en dos una reserva ecológica, en un desafío al presidente Evo Morales que también enfrenta protestas en su feudo electoral de El Alto, vecino a La Paz, y en la región aliada de Potosí.
Más de medio millar de nativos de la Amazonía de Bolivia, hasta ahora socios políticos del aymara Morales, recorrerán a pie 600 kilómetros, en una travesía que los llevará por 35 a 45 días hasta la sede de gobierno, en La Paz.
‘Más de 600 personas estamos comenzando esta marcha. Es una marcha para defender nuestros derechos. En esta marcha hay también mujeres, niños y ancianos’, dijo a la AFP el dirigente indígena Ernesto Sánchez, miembro de la Central Indígena de Pueblos del Oriente Boliviano (CIDOB), el más grande sindicato de nativos al este del país.
El trazado del recorrido no es casual: la protesta iniciada ayer reedita una marcha realizada hace 21 años, también de Trinidad a La Paz, con la cual los indígenas lograron que se les reconociera la propiedad sobre el Parque Nacional en el cual ahora el gobierno pretende atravesar la carretera.
Los aborígenes partieron ayer, lunes, desde la ciudad de Trinidad, capital del departamento amazónico de Beni, donde participaron de una misa católica en la plaza de Armas, bajo un cielo despejado y sol inclemente y con una temperatura de 30 grados centígrados, antes de empezar a caminar.
En el primer día la marcha avanzará 17 kilómetros. Los aborígenes se oponen al trazado de una carretera de más de 300 km financiada por Brasil a través del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), una reserva nacional de 1 millón de hectáreas rica en flora y fauna y donde habitan los pueblos indígenas moxeño, yuracaré y chimán. El parque fue creado en 1965 y reconocido como territorio indígena en 1990.
Sánchez aseguró que los indígenas rechazan la carretera porque ‘afectará la vida, las plantas y los ríos’ en su territorio y dijo que piden al gobierno que proponga rutas alternativas para no afectar la reserva ecológica. Ya comenzó a ejecutarse un primer tramo de la ruta —a cargo del consorcio privado brasileño OAS Ltda. y que tendrá un costo global de $415 millones— pero las obras todavía no han llegado al TIPNIS. La vía ‘dañará el ecosistema’, según un reciente informe de la fundación privada Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) que calculó que de hacerse la ruta habrá una deforestación de ‘más de 610,000 hectáreas en los próximos 18 años’.
En otros frentes de conflicto organizaciones civiles de las ciudades de El Alto —vecina de La Paz y un bastión político del presidente Morales— y de Potosí, también aliada del oficialismo, organizaban paros por demandas sectoriales.
En El Alto, habitada principalmente por unos 800,000 migrantes aymaras pobres, comenzó una ‘huelga general indefinida’ con el corte de las principales calles y avenidas, con el tránsito terrestre y el ingreso al aeropuerto suspendidos.
Las organizaciones de vecinos de El Alto piden mayor presupuesto y la realización este año de un censo poblacional.