Miguel Pizarro: El manejo de la pandemia en Venezuela se ha politizado

Actualizado
  • 02/06/2021 16:34
Creado
  • 02/06/2021 16:34
El comisionado de Juan Guaidó para las Naciones Unidas habló sobre los principales retos que existen en el manejo de la pandemia y las ayudas humanitarias que llegan a Venezuela.

Para Miguel Pizarro, comisionado para la Organización de las Naciones Unidas del "gobierno interino" de Venezuela, al mando del diputado opositor Juan Guaidó, el manejo de la pandemia en Venezuela se ha sido "politizado".

“El manejo de la pandemia en Venezuela ha sido un manejo absolutamente politizado, es un manejo que ha priorizado la propaganda estatal por encima de una verdadera política de atención”, comentó Pizarro a La Estrella de Panamá, durante su visita al Museo de La Libertad y Los Derechos Humanos. 

En este espacio, el comisionado designado por Guaidó mencionó los esfuerzos que "realizan" a través de los acuerdos con el gobierno de Nicolás Maduro, la OPS y La Cruz Roja para hacer llegar insumos para tratar el coronavirus.

Mismos esfuerzos que, según Pizarro, ahora se extienden para que la jornada de vacunación sea real, ya que actualmente se está tomando en cuenta el uso del Sistema Patria, la plataforma de los bonos sociales y el carné de la patria del gobierno chavista, que de acuerdo a este dejan por fuera a grupos priorizados.

También habló sobre la llegada del primer equipo del Programa Mundial de Alimentos, que beneficiará a una población de preescolar, donde 4 de cada 10 niños no crecen como deben.

Además, señaló los atrasos y avances que tiene América Latina y El Caribe sobre Derechos Humanos, y cómo la pandemia atrasaría los pequeños avances.

Pizarro mostró un panorama sobre la posición de la Organización de las Naciones Unidas respecto a Venezuela, que todavía le queda un año de mandato.

¿Cómo califica el manejo de la pandemia en Venezuela?

El manejo de la pandemia en Venezuela ha sido un manejo absolutamente politizado. Es un manejo que ha priorizado la propaganda estatal por encima de una verdadera política de atención.

Nosotros hemos propiciado dos acuerdos digamos de alguna forma humanitarios entre el régimen y todas las fuerzas que los adversan para buscar mecanismos de apoyo. Una fue empezando la pandemia porque en Venezuela aunque parezca increíble 8 de cada 10 hospitales no tienen acceso corriente de agua potable y 7 de cada 10 hospitales no tienen material de protección, ni material de barrera para el personal de primera línea por lo que empezando la pandemia nosotros tuvimos que buscar una forma de financiar a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y La Cruz Roja para que pudieran dotar a las instalaciones hospitalarias venezolanas de un formato de protección: gel antibacterial, jabón y material de protección, tan básico como eso.

Ahora hemos estado en una fuerza similar para la vacunación para poder hacer que sea real. Hasta ahora lo que hay es un manejo muy político de uso del carné de la Patria, que es de mucho control social sobre la vacuna. Cuando tú amarras eso a un manejo irresponsable de la pandemia al final Venezuela no ha estado en una condición en negativo porque hay otros componentes no relacionados a la pandemia que evitan las transmisiones o que evitan que en Venezuela tengas clusters del virus con capacidad de masificarse.

Nuestra falta de: combustible, conectividad interna, conexión con el mundo, los vuelos internos que suelen ser una carga o una demostración gigante del atraso en el que está el país hicieron que en la pandemia tuvieran un factor medianamente positivo el cual sacar, que es que ese aislamiento en el que estábamos también ha limitado mucho la capacidad de propagación aun así nuestros números son unos números totalmente sus representados. La capacidad de texteó del régimen no está al 100% y hasta que no haya un plan verdadero vacunación masivo accesible nosotros vamos a seguir en este péndulo en el que estamos en el que de repente se disparan los casos, vuelven a bajar o estamos cerca un colapso vuelve a bajar y así permanentemente.

¿Qué panorama brinda la llegada del primer equipo del PMA?

Recién ha logrado una agencia importante de Naciones Unidas su ingreso al país: El Programa Mundial de Alimentos (PMA), que es una operación que busca llegar a un millón y medio de niños y a un grupo específico de la población infantil, que es población preescolar, y la única población infantil que está fuera de la asistencia humanitaria tradicional de otras agencias como Unicef y la FAO en el territorio venezolano.

La entrada del PMA no es un eslabón aislado de la operación humanitaria educativa en Venezuela, es como un componente que se inserta entre otras atenciones que ya existe. Venezuela tiene un programa de suministros escolares dirigidos por Unicef, que garantiza a los niños y a las niñas bolsas, cuadernos, lápices, lo básicos para estudiar.

Tiene un programa de atención nutricional a través de escuelas subvencionadas para poblaciones de niños donde el tamizaje da desnutrición crónica y que permite acompañado del suministro escolar garantizar prosecución escolar, que el muchacho sigue yendo a la escuela.

Y ahora viene esta nueva capa de intervención que es fundamentalmente dirigida a una población que de otra forma no atendería.

¿Qué detecto el estudio humanitario de Venezuela?

Que el niño va a la escuela en Venezuela no necesariamente por la transferencia de conocimiento, que termina siendo un añadido. La razón real por la que el niño va a la escuela es porque en la escuela se le garantiza atención y alimentación, pero además es la única forma muchas los casos que se le garantiza la mamá la posibilidad del tiempo para tener algún empleo por jornada o tener algún ingreso por día. Por lo que una escuela en donde no das comida es una escuela donde no van a asistir los niños. 

Es una consecuencia absolutamente normal en nuestra situación. Sin la comida los niños dejan de asistir y las familias dejan de despertarlo temprano y usan dos comidas al día o no lo envían para ahorrarse una lonchera y se junta un almuerzo un poco más grande, por lo que la intervención de la escuela que va a ir empezando gradualmente es un programa neutral que no dirige ningún actor político está dirigido por Naciones Unidas, es una intervención clave grupo poblacional que está muy afectado, ya que 4 de cada 10 niños en Venezuela no crecen como deben.

¿Cuál es su postura sobre el embargo que sufrió el medio venezolano El Nacional?

Primero mucha solidaridad. Todos tienen una historia con El Nacional. Yo, además soy comunicador. Entré a la Universidad en el 2007 y en mi segundo semestre de la carrera de comunicación social me cerraron un canal de televisión. En mi cuarto semestre cerraron la emisora más grande que era CNB. En el séptimo semestre yo ya estaba en otra discusión porque ya no había medios tradicionales dónde estar así que da tristeza, pero por otro lado creo que es comprender que en nuestro país lo que hay no es un Gobierno con alguna tendencia autoritaria sino una dictadura que se comporta como una dictadura en el Siglo 21 y no se parece a las que conocemos a los 80.

¿En qué posición esta ahorita la ONU respecto a Venezuela?

Es un tentáculo muy grande y depende del aspecto. En derechos humanos Venezuela tiene procedimientos especiales abiertos. Tiene un mecanismo que se llama misión de verificación de hechos. Tienen que dar un informe en julio y septiembre, pero además su mandato se mantiene por un año más.

Venezuela está próximo a cerrar pronto el examen periódico universal que es otro tema importante dentro del sistema, así como también lo son la alimentación, migración y refugiados.

En términos políticos la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es medio crítica porque no tiene un veredicto político sobre los gobiernos, ya que al final es un club de Estados. Si tú representa el Estado tienes la silla al menos que una mayoría de estados decidan que ya tú no tienes esa silla y de ser alguien más.

En la ONU hay muchos más países no democráticos que democráticos, aunque parezca inverosímil pero además la ONU tiene composiciones que son irónica. Te pongo un ejemplo: Irán está en la relatoría derechos de la mujer. Siria está en el Consejo de Derechos Humanos. Corea del Norte está en el examen de Derecho de la Organización de la Sociedad Civil. Ese tipo de cosas pasan en la ONU, entonces uno siempre tiene que saber que de organismos como ese el reto más grande para quiénes somos oposiciones o quiénes somos alternativas, es evitar que el sistema por naturaleza proteja a quién está usurpando o utilizando la herramienta del Estado contra la población.

¿Qué reflexión daría sobre la situación de Colombia?

Yo tengo un deber de no meterme en política interna.

Al final creo que todo nuestro continente es un continente de reclamo y de respuesta, que tiene una dinámica social y política.

Del tema de Colombia rescataría que desde el aprendizaje venezolano reformar instituciones y perfeccionar instituciones es mucho más útil que demolerlas y empezar de cero. En nuestro caso miren cómo termina cuando se ofrecen soluciones rápidas.

¿Cómo ve a América Latina y el Caribe respecto al tratamiento de los derechos humanos?

Primero creo que nosotros tenemos una deuda gigante con muchos grupos poblacionales.

Una demostración, clara creo yo, es que somos de los continentes más desiguales entre hombre y mujer, debido a que una mujer no gana el mismo salario de un hombre, aunque trabaje en la misma jornada laboral. Una mujer no tiene los mismos derechos de retiro, aunque trabaje por el mismo periodo de tiempo que el hombre. Una mujer no tiene la misma capacidad de protección, aunque tengan la misma exposición al riesgo del hombre y eso, aunque parezca un derecho laboral, transversalmente es un derecho humano.

Segundo: Nosotros tenemos flagelos comunes que son violaciones masivas a los derechos humanos que no se perciben, como, por ejemplo: la corrupción. Cuando las personas se roban el dinero del agua potable, la electricidad y la medicina, lo que están haciendo es privar a sus poblaciones el derecho a la salud, derecho a una calidad de vida, derecho a la educación y el derecho a la vivienda.

Por lo que creo que nuestro continente en general es un continente en deuda. Es un continente que tiene la enorme tarea de ponerse al día en discusiones en muchas formas de protección, pero además de reconocer que no somos tan perfecto como muchas veces nos gusta vendernos como continente y como países, hay mucho más trabajo por hacer que por celebrar.

¿En que se ha avanzando?

El simple hecho de que hoy estemos dando discusiones sobre paridad de género, letalidad de las fuerzas policiales y del sistema judicial, habla de lo mucho que estamos abriéndonos a una dinámica que es necesaria.

Las propias expresiones sociales de Latinoamérica con sus matices de como protesta la gente y cómo reaccionan los gobiernos, pero la solución institucional termina demostrando que hay cambios y que haya evoluciones.

Ahora, ojalá sea más rápido, creo que el salto generacional también ayuda. Los más jóvenes entre 15 o 20 años tiene una forma de entender la vida que creo que va a ayudar mucho a que todo se maneje mejor.

¿Qué rescataría de los efectos que ha dado la pandemia?

Yo creo que la pandemia ha afectado a muchas poblaciones que ya antes estaban en estado de vulnerabilidad y de una forma diferenciada e injusta.

Ahora vemos como el que estaba emprendiendo con pequeño capital hoy estaba necesitando auxilio. Y el que trabajaba en el día a día perdió la posibilidad del día a día.

Hay personas que están incursionando en otras profesiones porque las que tenían de manera estable se acabó durante la pandemia.

¿En qué se debe mentalizar este año la región?

Yo creo que en Latinoamérica no estamos cerca de que la pandemia termine. Si tu mira nuestros números a las semanas somos de las curvas ascendente en el mundo todavía y nuestra vacunación no va ni acerca a la velocidad que necesitamos en el continente. Así que creo que la clave es que los gobiernos y las sociedades se mentalicen en que nos queda al menos un año más de dinámica de pandemia para que retomemos algo de normalidad. 

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