La suerte venezolana

Todo ciclo —¡hola verdad de Perogrullo!— tiene un final. Una suerte para los venezolanos enfrentar hasta la muerte con esa alegría tan caribe, porque esta semana vivieron dos que noquearían a cualquiera: se fue Chávez y quedaron afuera del Clásico Mundial de Béisbol, tras perder con Puerto Rico el sábado. Increíble, dicen por acá. Eran los favoritos y se fueron ni bien empezó, en el minuto cero. Histórico, nunca habían tenido que hacer las maletas tan pronto. En primera ronda, en dos juegos, con un equipo de lujo y trayectoria de campeón. ‘Somos el hazmereír del mundo’, protesta un periodista deportivo por la televisión. ‘Una vergüenza mundial’, contesta un columnista. ‘Renuncien’, exigió al mánager y al entrenador de la selección en el título de portada el periódico deportivo ‘Líder en Deportes’. Si la trilogía béisbol, política y religión es el motor que mueve al país, menos mal que todavía les queda el chiste, la música y el gozo tan caribe. Y, claro, la fe.