• 16/01/2020 00:00

Australia arde y clama soluciones

La ciudadanía pide al gobierno tomar acciones para minimizar los efectos del calentamiento global. Los científicos han comprobado que este es el causante de que los incendios sean cada vez más fuertes

Australia es un país donde los bosques ocupan el 17% del territorio. Allí los efectos del cambio climático han sido implacables y han causado un gran impacto local e internacional.

Para Australia no es nada nuevo atravesar las consecuencias de los incendios forestales, sin embargo, llegaron a sentir el más catastrófico al empezar 2020. La poca lluvia que cayó en invierno permitió que el fuego se expandiera con mayor rapidez y ocasionara la muerte de 27 personas.

Según información de BBC Mundo, desde octubre de 2019 más de 5 millones de hectáreas están destruidas a causa de incendios que iniciaron en septiembre. Sydney, al ser la ciudad más grande del país, con 5.2 millones de habitantes, está cubierta de humo.

La ciudadanía pide al gobierno tomar acciones para minimizar los efectos del calentamiento global. Los científicos han comprobado que este es el causante de que los incendios sean más fuertes y duren más tiempo.

El fuego no solo arrasó con los seres humanos y sus bienes materiales, sino que además 800 millones de animales, entre reptiles, aves y mamíferos, murieron, una situación que, según los expertos, ha puesto en riesgo definitivo la existencia de especies como el canguro rata de hocico largo y la cacatúa negra brillante.

De acuerdo con informaciones científicas, algunos tipos de insectos también desaparecerán, afectando el resto de la cadena y el sistema.

Medios australianos informan que desde helicópteros, hombres armados dispararon y mataron a más de 5,000 camellos en una operación de cinco días. La matanza, llevada a cabo en la región de Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY), una zona árida del sur de Australia donde viven unos 2,300 aborígenes, terminó este domingo.

Al igual que los camellos, algunos caballos también serán matados.

Lo cierto es que “lo peor aún está por venir”, dicen los trabajadores de emergencia a la prensa local y se teme que el fuego se expanda hasta la frontera de Nueva Gales del Sur y de Victoria.

Por otra parte, se aproximan vientos muy fuertes, bastante calor y condiciones secas. Bomberos en la isla Canguro están luchando contra verdaderos infiernos. Los vientos hacen que el fuego avance más rápido y de forma repentina.

Los incendios son de 6,000 kilómetros cuadrados, es decir, cuatro veces el tamaño de Londres.

Pero nadie se puede rendir, ya hay personas haciendo donaciones que le vendrán muy bien al país.

Frente al cambio climático, deben tomarse acciones inmediatas antes de que sea demasiado tarde.

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