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Cisjordania bajo asedio: la silenciosa expansión israelí que borra comunidades enteras

- 16/06/2025 12:31
El genocidio palestino no solo ocurre en Gaza. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha expresado desde años su interés de tomar tierras ajenas a la Franja de Gaza, que también forman parte de Palestina como Cisjordania.
En 2020, Netanyahu propuso incorporar formalmente a Israel los asentamientos no autorizados en Cisjordania, así como el valle del Jordán, amparado en la propuesta de paz para Medio Oriente presentada por Donald Trump en enero de ese año.
La zona que pretendía integrar representaba cerca del 30% del territorio cisjordano. No obstante, la iniciativa no se concretó debido a las presiones de la comunidad internacional y a la falta de respaldo por parte de Estados Unidos.
Desde el 7 de octubre de 2023, su Ejército ha intentado nuevamente de cumplir esa promesa, tomando las calles del territorio cercano a Jordania y asesinando, de forma silenciosa a hombres, mujeres y niños.
Hasta la fecha, según los datos de la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA), esta cifra ha incrementado a 943 de los cuales 200 son menores de edad.
Aunque la atención mundial se centra en la devastación diaria en la Franja de Gaza, la situación en Cisjordania se ha vuelto también crítica, con un aumento sostenido de violencia desde el inicio del conflicto en octubre de 2023.
Según datos de OCHA, en los últimos 20 meses han muerto cerca de mil personas en Cisjordania, de las cuales al menos 137 fallecieron en lo que va de 2025. Dos tercios murieron por impactos de bala, y más de 9.000 personas han resultado heridas. Entre las víctimas recientes hay al menos 27 menores de edad.
El director de la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Cisjordania, Roland Friedrich, advierte que este territorio no está declarado como zona de guerra, por lo que las fuerzas israelíes deben respetar las normas internacionales aplicables a contextos civiles. Sin embargo, las operaciones militares se intensifican. Desde el 21 de enero se han incrementado las incursiones y demoliciones, especialmente en el norte del territorio, como en los campamentos de refugiados de Nur Shams y Tulkarem.
El campamento de Nur Shams, fundado en 1952 para acoger a desplazados de la zona de Haifa, albergaba hasta hace poco a unas 13.000 personas. Hoy, tras más de 260 incursiones documentadas por líderes comunitarios, el lugar está prácticamente deshabitado. Las excavadoras destruyen casas, mezquitas, centros de salud y guarderías. Nihad Shawish, jefe civil del campamento, denunció al diario español El País, que solo desde febrero han sido demolidas 400 viviendas adicionales, algunas incendiadas. En total, más de 270 hogares han sido arrasados y otros 1.500 dañados desde octubre de 2023.
Los antiguos residentes se han trasladado a casas de familiares, carpas improvisadas o alquileres temporales cubiertos por pequeños subsidios. Shawish teme que, una vez que las tropas se retiren, no quede nada a lo que regresar. Su equipo calcula que al menos un centenar de personas han muerto en estas operaciones, la mayoría menores de edad. La ONU ha confirmado 77 víctimas fatales en Nur Shams desde el inicio del genocidio.
Para muchos palestinos, la campaña militar israelí equivale a una política de exterminio. Así lo cree el oftalmólogo Akel Taqz, de 69 años quien también conversó con el medio español. El profesional de la salud que colabora con la organización Médicos por los Derechos Humanos afirmó que lo vivido en su país “es un genocidio”.
“En Gaza lanzan bombas, aquí nos asfixian impidiendo el acceso a salud. La meta es la misma: eliminar nuestra existencia”, contó.
Taqz brinda atención oftalmológica en clínicas móviles por toda Cisjordania. La principal dificultad, dice, es la enorme cantidad de retenes militares, que a menudo impiden que los médicos lleguen a sus destinos. En un día de consultas en Tulkarem, una operación militar en Nablus dejó dos palestinos muertos, 15 heridos (entre ellos niños), y seis soldados israelíes lesionados. Las fuerzas impusieron toques de queda, limitando el movimiento de los civiles.
En paralelo, continúa la ofensiva israelí en Gaza, que según el Ministerio de Salud del enclave ha causado más de 55.100 muertes y 127.400 heridos desde octubre. Mientras tanto, en Cisjordania, el gobierno de Netanyahu aprobó recientemente la legalización de 22 asentamientos judíos en zonas ocupadas, consolidando una presencia que avanza a costa del desplazamiento palestino.
La vida en Cisjordania, empujada fuera del foco mediático, sigue deteriorándose en silencio.