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- 21/12/2019 00:00
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Delegaciones de Europa, África y America Latina se han desplazado hasta la "ciudad liberada" de Tifariti para apoyar el giro de timón del Frente Polisario, que se plantea dar un ultimátum a la ONU.
A la cabeza de las mismas, el representante de la SADEC, organismo económico regional que impulsado por Sudáfrica, Jevin Pillari Ponisami, y el alto representante del ministerio sudafricano de Exteriores, Buyelwa Majory Ngang.
África es uno de los continentes más representados, con enviados desde Zinbabue, Ghana, Nigeria y Argelia, seguido de América Latina, con responsables gubernamentales y de la sociedad civil venidos de México, Cuba, Nicaragua, Ecuador y Brasil, además de un antiguo miembro de la Minusrso llegado de Panamá.
La delegación europea, que incluyó representantes de Suiza, Italia y Francia, la lideró España con una diputada nacional de Podemos, Lucía Muñoz, la diputada de EH Bildi Izascun Duque, y el presidente e histórico líder de Comité español de Solidaridad con el Pueblo Saharaui, Pepe Taboada.
También se desplazaron a la “ciudad liberada” de Tifariti representantes de Izquierda Unida, del PNV, de la Confederación Sindical y del cabildo de Canarias.
Todos ellos coincidieron en la necesidad de que España asuma su responsabilidad como potencia administrativa colonial que todavía es, según las actas de la ONU, y se implique de una forma más decisiva en la preparación del referéndum.
Desde Podemos Lucía Muñoz quiso resaltar el papel destacado de las mujeres en la lucha del pueblo saharaui, mientras que la sociedad civil en su conjunto se mostró de acuerdo en la necesidad de avanzar hacia un cambio generacional que impulse la lucha y le de un aspecto más efectivo y moderno.
El jueves, durante la inauguración del congreso, el secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Ghali, anunció que el pueblo saharaui no aceptará más dilación ni aplazamientos del referéndum de autodeterminación aceptado durante el alto el fuego firmado en 1991.
“Con la dejadez por parte del Consejo de Seguridad de la aplicación del Plan de Arreglo de 1991, no queda ante el Frente Polisario otra disyuntiva que la de replantear su compromiso hacia el proceso de paz en su conjunto”, afirmó.
En este nuevo contexto, el pueblo saharaui hará uso de todos los medios que estén a su alcance para imponer sus legítimas opciones y aspiraciones a la libertad y a la independencia”, agregó en aparente alusión a la vuelta a las armas que apoya una parte de la población cansada tras más de 43 años de infructuosa espera.
El conflicto en la antigua colonia española del Sahara Occidental arrancó el otoño de 1975 cuando las tropas marroquíes al mando del rey Hassan II aprovecharon la debilidad de la exangüe dictadura franquista y ocuparon en la provincia desértica, rica en fosfatos, con la conocida como “marcha verde”.
Meses después se firmaron los “Acuerdos de Madrid” por los que España renunció a sus obligaciones como administrador colonial y cedió el territorio a Marruecos y Mauritania, que se repartieron su explotación.
Mauritania y el Frente Polisario firmaron la paz en 1980 pero el conflicto entre Marruecos y la República Árabe Saharaui Democrática, creada en 1975 y reconocida por la Unión Africana, se prolongó hasta 1991.
El 2004, el entonces enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental, James Baker, propuso un nuevo plan que incluía una amplia autonomía de cuatro años antes del referéndum, propuesta rechazada por Marruecos.
Desde entonces, Rabat propone una autonomía sin referéndum, al que se opone desde que en la década de los noventa surgieran las discrepancias sobre el censo.