La nutricionista Vanessa Leone contrasta los beneficios, mitos y realidades del alimento

- 18/06/2025 09:48
Israel presume de uno de los escudos aéreos más sofisticados del planeta, con un rendimiento cercano al 90%. Desde 1992, la ley exige que todas las edificaciones cuenten con cuartos blindados o refugios, lo que se ha convertido en símbolo nacional y modelo para países como Ucrania, constantemente asediados. Sin embargo, la reciente arremetida iraní ha evidenciado fallas en el sistema. Más de 400 misiles y numerosos drones lanzados por Teherán, en represalia por la operación militar israelí, causaron más de veinte fallecidos —algunos refugiados en habitaciones reforzadas— y destruyeron infraestructura vital. Varios artefactos impactaron áreas densamente pobladas como Tel Aviv, además de objetivos estratégicos como la refinería de Haifa, donde murieron tres personas.
Según redactó el diario español El País, el objetivo de Irán es claro: desgastar los múltiples niveles de defensa que protegen el espacio aéreo israelí. Pese a la ventaja tecnológica del Estado hebreo, el resultado de los ataques sugiere que existen fisuras por las que es posible infligir daño. “Ningún escudo es infalible. Si se sobrecarga con suficientes misiles, algunos penetrarán”, afirma Sidharth Kaushal, investigador del Royal United Services Institute (RUSI). Aun así, destaca que la tasa de éxito iraní sigue siendo limitada. Según sus datos, Israel logró neutralizar cerca del 90% de los misiles balísticos de mediano alcance lanzados desde el viernes pasado.
Yehoshua Kalisky, especialista del Instituto para el Estudio de la Seguridad Nacional (INSS), reconoce el “temor” de la población, pues los misiles iraníes son más destructivos, tienen cabezas explosivas de entre 500 y 1.000 kilos y una precisión letal. “Pero no hay razón para entrar en pánico: contamos con buena protección y luchamos por la supervivencia”, asegura.
El medio español cuenta que Irán emplea una estrategia de saturación: mezclando distintos tipos de proyectiles en grandes volúmenes, busca agotar los sistemas defensivos, como lo hace Rusia contra las defensas ucranianas. Primero envía enjambres de drones para abrir paso, luego llega la artillería pesada. Para alcanzar suelo israelí, necesita misiles de rango medio, entre 1.000 y 3.500 kilómetros. Entre los usados están modelos como Shahab-3, Emad y, posiblemente, Hajj Qasem y Fattah-1. Todos viajan a velocidades supersónicas y siguen trayectorias balísticas que cruzan incluso la atmósfera, lo que dificulta su detección y neutralización.
Ante las dudas ciudadanas sobre la eficacia de los refugios, el ejército ha salido a defenderlos: “Las habitaciones seguras continúan siendo la mejor opción. Lo peor sería que la gente perdiera confianza en ellas”, dijo una fuente militar al diario Haaretz.
A pesar de que refugiarse forma parte del día a día israelí, recientes muertes en lugares como Petah Tikva y Tamra han demostrado que, ante impactos directos de misiles balísticos, ni siquiera los refugios son completamente seguros.
El gobierno israelí ajustó este martes los mecanismos de advertencia a la ciudadanía tras detectarse fallos, como la ausencia de alarmas en Jerusalén durante un reciente ataque. Antes, las alertas se emitían con media hora de anticipación y luego a minuto y medio del impacto. Ahora, el aviso se enviará diez minutos antes, para agilizar la entrada a los refugios. La mayoría de los misiles cruzan la distancia entre Irán e Israel en 10 a 12 minutos, por lo que la capacidad de reacción es crítica. Este sistema, supervisado por el Comando del Frente Interno, ha sido clave para limitar el número de muertos.
Desde hace más de tres décadas, toda construcción nueva en Israel debe tener espacios blindados destinados a proteger a sus ocupantes de explosiones, terremotos o incendios. Estas medidas se extienden también a lugares públicos como hospitales, escuelas, oficinas gubernamentales y aeropuertos.
En los últimos 15 años, el país ha desplegado un sistema defensivo de múltiples niveles. En el nivel más bajo opera la Cúpula de Hierro, activa desde 2011, diseñada para interceptar cohetes de corto alcance. A nivel medio, el sistema David’s Sling (en funciones desde 2017) enfrenta misiles de mediano y largo alcance. En el nivel superior, los misiles Arrow II y III pueden interceptar proyectiles fuera de la atmósfera. Israel también ha comenzado a implementar el Iron Beam, basado en rayos láser, como complemento. Además, cuenta con baterías Patriot y Thaad proporcionadas por Estados Unidos.
Según Kalisky, la Cúpula de Hierro no sirve contra misiles balísticos, tarea que recae sobre el Arrow y David’s Sling. Kaushal advierte: “No se conoce cuántos interceptores hay disponibles, pero el despliegue de un destructor estadounidense y la posibilidad de más refuerzos apuntan a una preocupación por un agotamiento de reservas”.
El ataque inicial del viernes fue parte de una campaña israelí para eliminar las capacidades nucleares de Irán. Según Netanyahu, Teherán podría alcanzar ese objetivo en menos de un año. La República Islámica ha demostrado tener una potencia de fuego muy superior a grupos como Hamás o Hezbolá y ha cumplido su promesa de venganza.