Sí a la Monarquía española

Actualizado
  • 12/06/2014 02:00
Creado
  • 12/06/2014 02:00
El Congreso de diputados aprobó con una amplia mayoría la abdicación del Rey Juan Carlos, pese a las peticiones de convocar un referéndum

Sí, sí, sí, sí, sí …… 299 hombres y mujeres, miembros del Congreso de los Diputados de España, se pronunciaron con un ‘sí’ a favor de la ley de abdicación que convalidó la renuncia a la jefatura del Estado del Rey Juan Carlos I. En contra de la ley votaron 19 diputados y 23 se abstuvieron.

Los dos grandes partidos políticos españoles de derecha e izquierda, PP y PSOE, junto a otras pequeñas fuerzas políticas, aprobaron por abrumadora mayoría una Ley que seguirá su tramitación en el Senado. El acto final del proceso sucesorio se producirá el jueves 19 de junio, cuando el Príncipe de Asturias sea proclamado ante las Cortes Generales como Rey de España, con el nombre de Felipe VI.

Desde que el Rey Juan Carlos anunciara su renuncia al trono hace 10 días, en España se ha desatado una intensa oleada de debates entre quienes apoyan la continuación de la monarquía parlamentaria, quienes apuestan por una república como forma de Estado y los que reivindican el derecho de los ciudadanos a decidir el tipo de Estado a través en un referéndum.

Los principales periódicos han publicado encuestas durante el fin de semana que ponen de manifiesto que la sociedad española sigue apoyando mayoritariamente la monarquía parlamentaria como forma de Estado. Ese modelo nació con la Constitución de 1978, pero las generaciones más jóvenes no tienen la misma vinculación emocional que tenían sus padres con el rey, y tampoco reconocen los importantes servicios que ha prestado a España, tanto durante la transición política como durante sus 39 años de reinado. Parece claro que la mayoría social y política desea la estabilidad institucional que le ha proporcionado a España la monarquía parlamentaria. Sin embargo, nadie duda de que la abdicación del rey en su hijo abre un tiempo nuevo. Tiempo que también se está iniciando en otras instituciones y partidos políticos.

Da la impresión que España afrontará en los próximos años grandes cambios institucionales y políticos, posiblemente a través de una reforma constitucional, que tendrá que ser impulsada por una nueva generación de dirigentes, tanto en los partidos, como al frente de la Jefatura del Estado. En ese nuevo período Felipe VI tendrá en su mano, alentar esos cambios, volver a conectar a la mayoría de la sociedad con una monarquía del siglo XXI, y ayudar a cerrar la brecha abierta entre una parte de la sociedad y el sistema político que nació tras la dictadura.

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