Fallo contra petrolera Shell sienta precedente histórico en la batalla climática

Actualizado
  • 28/05/2021 00:00
Creado
  • 28/05/2021 00:00
La sentencia de un tribunal neerlandés ratifica que la multinacional es responsable del daño causado por la emisión de CO2 y de violaciones a los derechos humanos.

La decisión de un tribunal de los Países Bajos que obliga a la compañía petrolera Royal Dutch Shell a cumplir con la reducción de las emisiones de CO2, se ha convertido en la primera vez que un gigante de la industria de los hidrocarburos es condenado judicialmente como responsable por los efectos que causan el cambio climático.

El fallo, emitido este miércoles por una corte del distrito de La Haya, señala cómo las políticas corporativas de la empresa y sus proveedores tuvieron un efecto directo en el aumento de los gases de invernadero, y la obliga a adherirse a lo establecido por el Acuerdo de París sobre control de emisiones.

“Las grandes corporaciones transnacionales tendrán que tener en cuenta ahora que pueden y serán responsabilizadas si ponen en peligro a las personas al empeorar la crisis climática”, dijo a la agencia EFE Sara Shaw, miembro de la oenegé Friends of the Earth (FoE), una de las seis organizaciones que interpusieron la demanda ante la justicia neerlandesa.

La multinacional ahora debe reducir sus emisiones en un 45% antes de 2030, tomando como referencia los datos de 2019.

El acuerdo, firmado por unos 200 países, busca reducir la temperatura global por debajo de los 2°C en relación a los niveles preindustriales. Para así, de acuerdo con estimaciones científicas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, evitar las consecuencias socioeconómicas y ambientales del deshielo de los glaciares, mayores y más intensas sequías, desaparición de especies, inundaciones y afectaciones graves a la agricultura.

La multinacional ahora debe reducir sus emisiones en un 45% antes de 2030, tomando como referencia los datos de 2019.

Las onegés demandantes, que estuvieron acompañadas también por más de 17 mil firmas de ciudadanos de los Países Bajos, establecieron en su querella que Shell tenía conocimiento desde al menos la década de 1960 sobre los peligros del cambio climático, de allí que desarrollar actividades contaminantes aun conociendo las consecuencias negativas para la vida humana, representa una violación a los derechos humanos, argumento que fue tomando en cuenta por la corte.

El tribunal indicó que este comportamiento vulnera no solo la Convención Europea de Derechos Humanos, sino también los principios rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos, así como las directrices de la OCDE.

La compañía rechazó el veredicto, reiterando su postura de que son los gobiernos y no los tribunales los que deben definir las políticas de emisiones de gases para las empresas. Insistió igual que esta ha destinado millones de dólares en “proyectos verdes” contra el cambio climático.

Victoria histórica

Aunque el fallo se emitió en los Países Bajos, el hecho de que una empresa del calibre de Shell sea condenada y obligada a cumplir con lo acordado en París –en detrimento de su abultada tasa de ganancia y su equivalente en destrucción ambiental–, abren inicialmente un abanico de posibilidades para más demandas, convirtiendo la sentencia en una gran victoria para los activistas ambientales en el mundo.

“Una gran empresa contaminante que cumpla con el acuerdo climático de París, también puede tener importantes consecuencias para otros grandes contaminadores”, señaló Roger Cox, uno de los abogados de FoE tras el juicio.

Si bien la empresa anglo-neerlandesa aún dispone de vías de apelación frente a instancias superiores, y en las que podría salir favorecida, el fallo no deja de ser una primera advertencia para otras empresas transnacionales.

Violación a los derechos humanos

Esta sería la segunda condena que recibe Shell este año, luego de ser sentenciado en enero pasado, también por un juzgado neerlandés, a indemnizar a un grupo de agricultores nigerianos del delta del Níger, que batallaron por 13 años luego de que la empresa causara estragos en sus pueblos por fugas de petróleo.

Con presencia en el país africano desde 1958, la petrolera se ha visto envuelta en varias denuncias en Nigeria y otros países por su relación con delitos ambientales y violación a los derechos humanos.

De acuerdo con un informe de Amnistía Internacional, Shell habría solicitado en 1990 a las fuerzas de seguridad de la dictadura nigeriana intervenir contra estos manifestantes pacíficos que rechazaban la contaminación de la compañía.

“Shell no tuvo reparos en ofrecer apoyo logístico reiteradamente a las fuerzas de seguridad, a sabiendas de que estaban cometiendo violaciones de derechos humanos. Shell incluso pagó a una unidad del ejército responsable de la violencia”, subraya el informe.

La versión de la transnacional es que parte de los derrames se debieron a supuestos “sabotajes”.

Según datos de la organización Carbon Majors, hasta 2017 Shell se hallaba entre las compañías más contaminantes del planeta.

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