La falta de agua y alimento agrava la situación de los supervivientes del ciclón Mocha

Actualizado
  • 18/05/2023 08:02
Creado
  • 18/05/2023 08:02
No hay cifras oficiales de víctimas en Birmania tras el paso de Mocha, el domingo, pero los testigos hablan de cientos de muertos

La situación de los supervivientes del ciclón Mocha a su paso por Birmania se agrava por la necesidad urgente de agua potable y alimentos ante la dificultad para la llegada de ayuda humanitaria mientras se conocen nuevos detalles del reguero de destrucción dejado por el temporal.

Cuatro días después de que el pasado domingo Mocha tocara tierra, entre el sur de Bangladésh y el oeste de Birmania, los problemas de movilidad y comunicación por la destrucción de las infraestructuras impiden conocer la situación de cientos de pueblos, con algunos de ellos "completamente destruidos", según aseguró este jueves a EFE un trabajador humanitario en el terreno.

No hay cifras oficiales de víctimas, pero los testigos hablan de cientos de muertos: solo en Sittwe, la capital del estado Rakáin y por donde entró Mocha, más de 400 personas pueden haber perdido la vida, según los datos compartidos por la organización Arakan CSO Network.

"El impacto es enorme. Hay muchas poblaciones completamente destruidas. Hay zonas donde el difícil acceso impide llegar y las comunicaciones están totalmente destruidas", asegura por teléfono a EFE Ko Khine, portavoz de la citada organización de sociedad civil.

El representante subraya la necesidad "urgente" de alimento, agua potable y refugio, entre otros productos de emergencia, para los miles de afectados.

"No hay refugios en los pueblos. No hay arroz, ni cazuelas, ni agua, ni tiendas", indicó.

A las dificultades logísticas causadas por la destrucción de las infraestructuras se ha unido la reticencia de la junta militar que gobierna el país de autorizar la entrada en zonas afectadas de los equipos de Naciones Unidas y de oenegés, según confirmó a EFE un portavoz del autoproclamado Gobierno de Unidad Nacional (NUG), opuesto al régimen castrense.

"Se está avanzando", indicó el portavoz, que reveló que el representante de ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados), Noriko Takagi, se reunió con el ministro de Exteriores de la junta militar birmana para desbloquear la situación.

Uno de los puntos más preocupantes son los precarios campamentos de desplazados donde languidecen desde hace años decenas de miles de personas de la etnia musulmana rohinyá —no reconocida por las autoridades birmanas y cuyo Ejército persigue—.

"No podemos llegar hasta ellos, y si lo hiciéramos los militares no nos dejarían distribuir la ayuda", apuntó Ko Khine.

En la región de Mrauk-U, donde se encuentra la homónima antigua capital del reino Arakan y a unos 50 kilómetros de Sittwe, los vientos huracanados del ciclón han destrozado el 80% de las casas de unas 240 poblaciones, que permanecen sin electricidad.

La ayuda de emergencia aún no ha llegado para las más de 30,000 personas que se encuentran en los campamentos de evacuados, donde la comida y el agua comienza a escasear, apunta a EFE un representante de la Asociación Juvenil Mrauk-U.

Bloque a organizaciones internacionales

La junta militar, que tomó el poder mediante un golpe de Estado en febrero de 2021, bloquea el acceso a la región a las organizaciones internacionales y trata de canalizar el reparto de ayuda humanitaria, como ya hiciera en 2008 tras el envite del ciclón Nargis -donde murieron 138,000 personas-.

Según las estimaciones de la ONU, unos 5.4 millones de personas se encontraban en la trayectoria de Mocha, la mayor tormenta que ha sacudido la bahía de Bengala en más de una década.

Los datos preliminares —aún sin verificar— del opositor Gobierno de Unidad Nacional birmano señalan que el ciclón se habría dejado al menos a 455 personas —431 de ellas en Rakáin—.

Por su parte, la junta militar señala que barcos y helicópteros del Ejército habían transportado ayuda a Rakáin y cifra los muertos por el ciclón en 48 personas, incluido personal de las fuerzas de seguridad que realizaban trabajos de rescate, publica hoy el diario The Global New Light of Myanmar, controlado por la junta castrense.

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