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Madagascar enfrenta a la primera hambruna por la crisis climática
- 05/11/2021 00:00
- 05/11/2021 00:00
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP26) cerró su fase más mediática este miércoles, con la partida de la mayoría de los 120 líderes mundiales que asistieron al encuentro en Glasgow (Escocia) que busca frenar el calentamiento global.
Más allá de las promesas y acuerdos lanzados al aire en la cumbre, que continúan bajo negociación por los delegados de cada país hasta el 12 de noviembre, los dramas agravados por la emergencia ambiental no esperan los tiempos políticos.
En Madagascar, una nación insular al sureste de África, está a las puertas de sufrir la primera hambruna registrada como resultado del cambio climático.
Naciones Unidas reiteró este martes que el país, con una población de más de 26 millones de habitantes, avanza hacia una “grave carestía de alimentos” por la ola de sequías que viene golpeando durante los últimos cinco años al Estado africano, cuya base económica es fundamentalmente agrícola.
Se trata del peor fenómeno de su tipo desde hace 40 años, con tormentas de arena que han acelerado la erosión del suelo y agravado por la extendida deforestación durante décadas.
“Tenemos algunos focos de fase 5 de la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (CIF), lo que significa condiciones similares a la hambruna. Esta es básicamente la única, quizá la primera, hambruna por el cambio climático en la tierra”, señala el director adjunto del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Madagascar, Arduino Mangoni.
La CIF, como herramienta de medición de la situación alimentaria, establece la fase uno como aquella en la que hay seguridad alimentaria general. Es decir, hay accesos a alimentos adecuados y estables.
En tanto en la fase cinco, ya de catástrofe humanitaria y hambruna, se evidencia una falta total de acceso a fuentes alimentarios u otras necesidades básicas. En este escenarios existe una conmoción social extrema con muertes y desplazamientos de personas.
El funcionario del PMA explicó que, sin bien se han visto sequías en otras ocasiones, esta es particularmente severa con más de 1.3 millones de malgaches sufriendo algún tipo de carestía de alimentos. Al menos medio millón de menores de cinco años están desnutridos y otros 110 mil podrían terminar con desnutrición grave para abril del próximo año. De no actuar de inmediato, alerta Mangoni, esos niños morirán.
La organización Amnistía Internacional (AI) pidió a los líderes que asistieron a la COP26 tomar acciones urgentes para evitar que la situación se agrave. “Actúen de inmediato, proporcionando ayuda humanitaria y fondos adicionales a los habitante de Madagascar”, expresó Agnès Callamard, secretaria general de AI en declaraciones recogidas por EFE.
AI denuncia que ya hay reportes de reportes de fallidos. En el caso de los niños, muchos han abandonando sus estudios para buscar trabajo y así comprar algo de alimento.
“Cuando podíamos cultivar, comíamos bien. Pero ahora, durante el día, solamente bebemos un poco de agua caliente. A la hora de cenar solemos repartir tres latas de arroz entre toda la familia. Y somos 12 personas”, cuenta Oline Ampisoa, una campesina de 63 años; uno de los testimonios recogidos por Amnistía Internacional.
Sumado al alto precio de los alimentos está también el costo del agua, ambos sujetos a fenómenos de inflación. Todo complicado por la pandemia de la covid-19 y el fenómeno de inseguridad llamado localmente como “dahalo”, en referencia a grupos bandidos que aterrorizan a la población, apunta el PMA.
La agencia de la ONU informó que ha ampliado sus programas de nutrición y racionamiento, previendo alcanzar a un millón de personas en fase de emergencia 3 a 5 para diciembre de este año. Un despliegue para el cual el organismo ha solicitado 69 millones de dólares.
La tragedia de Madagascar es parte del panorama de crisis que vienen aumentando por la emergencia climática.
Países como Bangladesh y Maldivas ya registran miles de desplazados por el aumento del nivel del mar.
El presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, uno de los países amenazados por la inundaciones con la crisis exigió a los país ricos, -entre los que están algunos de los mayores contaminantes- asumir sus responsabilidad sobre un fondo prometido de 100 mil millones de dólares, para ayudar a las naciones pobres en la lucha contra al cambio climático.
“Esto no es un acto de caridad. Así es que paguen o mueran con nosotros”, sentenció Chakwera en un mensaje a la COP26.