El Parlamento de República Checa aprueba un tope a los precios de la electricidad y el gas

Actualizado
  • 21/09/2022 00:00
Creado
  • 21/09/2022 00:00
El Estado asumirá la diferencia entre el tope y el precio real que, según el Ministerio de Hacienda checo, ascenderá a 130.000 millones de coronas (5.300 millones de euros)

El Parlamento de República Checa ha aprobado este martes una reforma a la legislación para imponer un tope a los precios de la electricidad y el gas como medida para intentar aliviar la economía de los hogares y las pequeñas empresas desde el 1 de noviembre.

Tras ser aprobado por el Parlamento, el Senado ha validado el proyecto de ley propuesto por el Gabinete del primer ministro, Petr Fiala, que limita a seis coronas (0,24 euros) el precio máximo del kilovatio hora (kWh). La nueva legislación tendrá que ser firmada por el presidente checo, Milos Zeman, antes de entrar en vigor, según ha recogido DPA.

El gas tendrá un precio máximo de tres coronas (0,12 euros) por kilovatio hora (kWh) lo que, sumado al precio tope de la electricidad, debería repercutir para que el precio máximo que paguen los hogares y las empresas por kilovatio hora (kWh) se encuentre entre las 7 y 9 coronas (0,29 y 0,37 euros, respectivamente).

El Estado asumirá la diferencia entre el tope y el precio real que, según el Ministerio de Hacienda checo, ascenderá a 130.000 millones de coronas (5.300 millones de euros), según informó entonces el diario 'iDNES' cuando el Gobierno presentó la propuesta.

República Checa es exportadora neta de electricidad gracias a sus centrales nucleares de Temelin y Dukovany, ambas en el sur del país. No obstante, el país lleva meses sufriendo el aumento de los costes de la energía como el resto de países miembros de la Unión Europea.

Unas 70.000 personas se reunieron en la Plaza de Wenceslao en Praga a principios de este mes, exigiendo la dimisión del Gabinete y el fin de las sanciones a Rusia, impuestas después de que Moscú atacara a Ucrania, tal y como ha recordado DPA.

Muchos países europeos dependen en gran medida del gas de Rusia, pero Moscú ha interrumpido o reducido drásticamente los suministros a varios países en represalia por las sanciones impuestas a causa de la guerra. Eso ha dejado a muchos gobiernos europeos luchando por encontrar alternativas, temerosos de la escasez en el invierno que se avecina.

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