Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 13/11/2013 12:35
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Filipinas vive el peor de sus momentos, parece no levantarse de las secuelas que ha dejado el Tifón Haiyan (conocido también como Super tifón Haiyan o Yolanda). Fue el pasado 8 de noviembre cuando este poderoso fenómeno que alcanzó vientos máximos de 315 km/h en un minuto y 230 km/h en 10 minutos en 48 horas, sopló fuerte sobre este país de Asia.
Un tifón que hasta el momento ha dejado un saldo aproximado de 2 mil muertos.Considerado como uno de los ciclones más fuertes en el que se haya tenido registro en la historia en todas las cuencas, solo superado por el tifón Tip en 1979, Yolanda ha dejado miseria y dolor.
El pasado viernes 8 de noviembre los medios internacionales alarmaron que árboles arrancados de cuajo, trozos de tejado volando, techos de zinc destrozados y pueblos inundados levantaban el caos en Filipinas. Se registraron las primeras cien personas muertas y un millón han sido desplazadas como consecuencia del supertifón.
Según el Centro Conjunto de Avisos de la Marina de Estados Unidos Haiyan -o Yolanda- podría ser el mayor tifón que llega a tierra firme de la historia. Ese día el huracán cruzó con gran velocidad una serie de islas de este a oeste —Samar (unos 600 kilómetros al sureste de Manila), Leyte, Cebú y Panay—, dejando a su paso un reguero de destrucción. Provocó olas de cinco a seis metros de altura y corrimientos de tierras.
Los anuncios públicos son más frecuentes y las alertas son dadas por el presidente y altos dirigentes en la radio, la televisión y las redes sociales. La oficina meteorológica filipina esperó que Haiyan pase Filipinas y se dirija el sábado 9 de noviembre hacia el Mar Oriental de China, rumbo a Vietnam, donde las evacuaciones se alertaron en ese país.
El diario El país de España, reportó al menos 10 mil personas muertas, según datos de la policía dados conocer ese día. Imágenes de pueblos arrasados por olas de cinco y seis metros provocadas por el huracán, barrios enteros destruidos, cadáveres colgando de los árboles, viviendas arrancadas son las imágenes que hasta el momento no dejan de circular por los medios.
La ayuda internacional empezó a pronunciarse con los filipinos.La Comisión Europea (CE) donó 3 millones de euros en ayuda de emergencia como "respuesta inmediata" a la devastación causada por el tifón tropical. La CE señaló en un comunicado que espera que esta cantidad sea una contribución para los servicios de ayuda en las zonas más afectadas por este fenómeno.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU envió un avión con 40 toneladas de galletas energéticas que sirvieron para alimentar a 120 mil personas durante un día además de suministros de emergencia y equipos de comunicaciones.
Las Embajadas de EEUU y Australia en Manila anunciaron ayudas de emergencia para material sanitario y de potabilización de agua.
El portal ABC.es informó que en la isla de Samar, las autoridades confirmaron la muerte de 300 personas; otras 2.000 se encontraban desaparecidas. Aún hay poblaciones que se encuentran aisladas. Muchas carreteras están impracticables, y comunicaciones y suministro eléctrico están cortados en muchos lugares.
Además de las muertes provocadas por la caída de objetos a raíz del fuerte viento, con rachas superiores a los 300 kilómetros por hora, una repentina subida de la marea y el fuerte oleaje, similar a un tsunami, parecía haber sido la causante de la mayoría de fallecimientos.
"El agua estaba tan alta como un cocotero, mientras nos arrastraba el agua, vi entre los escombros a mucha gente levantando las manos y pidiendo ayuda a gritos", señaló al diario Inquirer uno de los supervivientes de la tragedia.
Tres días después de que el huracán golpeara con fuerza la costa oriental filipina, el Gobierno no ha dado aún una cifra realista de víctimas mortales.
El impacto del cambio climático en fenómenos tan devastadores como el tifón Yolanda tocó los corazones de los más de 190 países participantes en la 19 Cumbre del Clima, que arrancó en Varsovia este lunes. Los asistentes a la sesión inaugural tuvieron un recuerdo para Filipinas. La secretaria general de la Convención Marco de las Naciones Unidas, Christiana Figueres, lo vinculó con el calentamiento global.
Estados Unidos decidió cooperar con Filipinas. El secretario de Defensa, Chuck Hagel, ordenó al portaaviones nuclear George Washington que se dirija a toda velocidad a Filipinas para colaborar en los trabajos de rescate, asistencia y reparto de ayuda.
Casi 10 millones de personas –alrededor del 10% de la población de Filipinas- se han visto afectadas por el desastre, y 660 mil han perdidos sus hogares, según Naciones Unidas, que ha puesto en marcha una campaña para recabar fondos.
La desesperación de los filipinos los ha llevado al borde. Hoy según AFP, se registraron ocho muertos en la ciudad de Alangalang, en la provincia de Leyte. Las muertes se produjeron cuando una turba de miles de supervivientes del tifón asaltó un almacén gubernamental donde se guarda el arroz antes de su distribución entre los damnificados, informan este miércoles las autoridades.
Las víctimas mortales perecieron aplastadas al derrumbarse uno de los muros del complejo durante la invasión. Cerca de 100 mil sacos de arroz fueron sustraídas ante a la impotencia de los miembros de la policía y soldados desplegados en la zona para mantener la seguridad.