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Pugna entre EE.UU. y China por el dominio mundial, Huawei y la tecnología 5G
- 26/05/2019 02:05
- 26/05/2019 02:05
En días pasados el Departamento de Comercio de EE.UU. incluyó en su lista negra (Entity list) a la empresa china de telecomunicaciones Huawei, esto provocó el cese de las relaciones comerciales entre las empresas de capital privado norteamericano y la empresa asiática.
Quienes incumplan la medida serán seriamente sancionadas. Tal es el caso de compañías como Alfhabet Inc. —proveedora del sistema operativo Android—, Intel, Qualcomm, Xilinx y Broadcom —fabricantes de procesadores, módems y chips utilizados por Huawei—.
El gobierno de EE.UU. alegó que Huawei representa un peligro para su seguridad nacional. Según Washington esta empresa le brinda (espionaje) información de EE.UU. al Estado chino y a otros países, asegurando además, que China es accionista de Huawei. Pero como costumbre afirmaron sin brindar pruebas. Sin embargo, en días posteriores aplazaron el bloqueo económico a tres meses.
Las razones del nuevo plazo no han quedado muy claras. Se especula que este giro obedece a la dependencia de EE.UU. en un 80% de las exportaciones chinas de tierras y minerales raros (un grupo de 17 elementos), ubicados en Ganzhou, con el cual producen dispositivos móviles, productos electrónicos incluso armamento.
Una segunda razón serían las afectaciones significativas a los ingresos de las empresas de capital norteamericano que dejarían de comercializar con Huawei.
En ese sentido, imposibilitar a Huawei de realizar transacciones en el mercado estadounidense implica en sí una contradicción para con sus intereses económicos, ya que provocaría una contracción económica en su propio mercado.
Se puede entender el bloqueo a Huawei como una expresión más, no menor, de la guerra entre EE.UU. y China por dominar el mundo. Esta guerra ha recrudecido, además, por el extraordinario crecimiento económico de China y la expansión de su capital en el mercado mundial y por el avance de sus empresas tecnológicas en el desarrollo de la tecnología 5G.
Ren Zhengfei, fundador y director ejecutivo de Huawei, declaró que su empresa lleva dos o tres años adelantados en el desarrollo de la tecnología 5G con respecto a sus competidores norteamericanos. También afirmó que su compañía es autosuficiente en el proceso de desarrollo y producción de sus tecnologías, pero no es razón suficiente para dejar de comprar bienes y servicios a sus proveedores en Estados Unidos.
Esta guerra en ascenso ha tenido puntos de inflexión. Uno de ellos ha sido el arresto a Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei, en Vancouver Canadá, por órdenes del gobierno de EE.UU..
La causa indicada es por una presunta violación de Huawei a las sanciones unilaterales de EE.UU. contra Irán. De momento el Gobierno estadounidense se encuentra solicitando la extradicción de la directora.
Un segundo punto fue el alza de aranceles a las importaciones china al mercado norteamericano por 200 mil millones de dólares. China respondió con un incremento de 60 mil millones de dólares a las importaciones norteamericanas (a partir del 1 de junio del año en curso).
Esto ha dejado como saldo temprano la pérdida de 52 mil 710 millones de dólares de la empresa Apple en la Bolsa de Valores, lo que significa una caída de 05.81%, según datos entregados por Reuters .
De igual manera, la procesadora de cómputo y productos tecnológicos Advanced Micro Devices (AMD) perdió 1,859 millones de dólares, mientras que la empresa desarrolladora de procesamiento gráfico Nvidia perdió 6,281 millones de dólares. Las tres empresas norteamericanas registran una pérdida acumulada de 60,852 millones de dólares.
Estos hechos apuntan que la guerra entre estas dos potencias tienen un elemento central y es el control por la tecnología 5G.
A diferencia de la carrera por el espacio entre EE.UU. y la Unión Soviética, que representaba un logro simbólico de superioridad tecnológica entre ambas potencias, esta nueva carrera, por el control de la tecnología 5G- trasciende lo tecnológico e implica la dominación absoluta de la vida social del mundo.
Estamos frente a lo que Michel Foucault señalaría como un panóptico de escala mundial. Es decir, un dispositivo de vigilancia y control de dimensiones planetarias. En ese sentido, la tecnología 5G es el arma más poderosa que jamás se haya construido y China con Huawei están en la vanguardia de la carrera.
Esto se logra entender si nos percatamos que la mayor parte de nuestras actividades (y pasividades) están mediadas y reguladas por una red digital que prontamente navegará por medio de una infraestructura 5G.
Quien controle los códigos de seguridad de esta infraestructura tendrá un poder sin precedentes. Una vez establecido el complejo infraestructural 5G —que no es más que una multiplicidad de antenas por metros cuadrados— en cada una de las ciudades y pueblos del mundo, estarán conectados a este desde celulares y computadoras hasta cafeteras, televisiones, medios de transporte, equipos médicos y todo lo que nos imaginemos.
Es la consolidación de la distopía del ‘Gran Hermano' de la sociedad orwelliana (novela 1984) en una especi de nuevo ‘capitalismo de vigilancia', término empleado por la profesora de Harvard Shoshana Zuboff.
En ese sentido, explica el filósofo Slavoj Žižek, el enemigo en común de todas nuestras sociedades ‘es la combinación de espacios comunes privatizados y controlados por el Estado (en este caso EE.UU. y China), grandes empresas (Huawei, Facebook, Alphabet Inc., Microsoft, Apple, Amazon) y agencias de seguridad (NSA/CIA)'.
Lo que nos establece a quienes creemos en una sociedad libre y democrática en una lucha por lo que Marx llamó los ‘bienes comunes', es decir, la batalla por el espacio social compartido que constituye la base de nuestras interacciones que hoy en gran parte está mediada por una red digital y secuestrada por un grupo minúsculo de poder.
‘Huawei es algo muy peligroso, miren lo que ha hecho desde el punto de vista de seguridad y militar',
DONALD TRUMP
PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS