El costo de los desastres

Este, como cada segundo miércoles de octubre, se celebra el Día Internacional para la Reducción de Desastres. Una iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas para promover una cultura mundial de reducción de los desastres que va desde su prevención y mitigación hasta su preparación.

Hoy, la celebración coincide con el tercer aniversario del terremoto del sudeste de Asia que, en 2005, devastó enteramente una región de Pakistán. En 2008 eventos como el ciclón de Birmania, el terremoto de Sichuan, en China, las históricas inundaciones en Estados Unidos y la India, las sequías en el Cuerno de África y más recientemente el paso de los huracanes “Fay”, “Gustav”, “Hanna” y “Ike” por el Caribe muestran la necesidad de redoblar los esfuerzos para resguardar las vidas y el desarrollo económicos de los países.

Hace cuatro años, los países aprobaron el Marco de Acción de Hyogo, que tiene como finalidad eliminar la vulnerabilidad de amenazas naturales. Según Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, hay que hacer un mayor esfuerzo para convertir esos compromisos en realidad y evitar la pérdida de vidas.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el impacto de los desastres naturales tuvieron costos de entre 200,000 y 210,000 millones de dólares en 2005, año cuando el impacto de desastres rompió récord. Por primera vez en 154 años de registro de huracanes hubo 39 de esos fenómenos con devastadoras consecuencias en México, Centroamérica, el Caribe y Estados Unidos.

En América Latina, las catástrofes tienen costos muy elevados, en ocasiones, las pérdidas han llegado a triplicar el producto interno bruto de algunos países. Además, las metas de crecimiento quedan postergadas cuando los gobiernos deben destinar recursos a la reconstrucción.

El año pasado, el Día Internacional se enfocó en la conclusión de la Campaña Mundial 2006-2007: “La Reducción de Desastres comienza en las escuelas”. Este año, la celebración resalta la seguridad de los hospitales e instalaciones de salud seguras frente a desastres. Así, la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (ONU/EIRD) trabaja de cerca con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con el apoyo del Banco Mundial para reducir el riesgo de las instalaciones de salud y salvar vidas.

En América, la EIRD y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina regional de la OMS, en colaboración con UNICEF la Federación Internacional de la Cruz Roja y Plan Internacional trabajan para llevar el mensaje, a diferentes niveles, sobre la necesidad de garantizar la funcionalidad de las instalaciones de salud luego de ocurrido un desastre.

Los servicios de salud no solo representan centros de emergencias sino que también desempeñan un papel esencial en el proceso de recuperación, la cohesión social y el desarrollo económico.

Las instalaciones de salud son fundamentales para la recuperación después de un desastre, pero año tras año ellos también se convierten en víctimas. http://safehospitals.info

Un aporte de La Estrella a la campaña mundial “Hospital de seguros frente a los desastres”.