‘Hay un deterioro moral’

Actualizado
  • 17/02/2009 01:00
Creado
  • 17/02/2009 01:00
L. uis H. Moreno, oriundo de la campiña interiorana, ha tenido éxito en lo que se ha propuesto. Su tenacidad, su infatigable disposició...

uis H. Moreno, oriundo de la campiña interiorana, ha tenido éxito en lo que se ha propuesto. Su tenacidad, su infatigable disposición por el trabajo, creatividad e inteligencia fueron suficientes para que fuera el primer panameño en ser vicepresidente y gerente general del desaparecido Chase Manhattan Bank, un banco extranjero en territorio panameño. Es un profesional de quilates, buen conversador, amable y de voz pausada. Un intelectual ya jubilado que compartió buena parte de su vida entre el agro y la banca. Su reto actual es la Fundación Panameña de Ética y Civismo, desde donde lucha contra la corrupción y trata de recobrar los valores sociales y morales que se están perdiendo en la sociedad panameña.

LE: ¿QUÉ LO MOTIVÓ A USTED A INVOLUCRARSE EN LUCHAS TAN COMPLEJAS COMO LA ÉTICA Y EL CIVISMO?

LHM: El evidente e incesante deterioro moral que viene experimentando el país en todos sus órdenes, preocupa a muchos, pero pocos se organizan y disponen para combatirlo. Desde hace mucho las encuestas públicas destacan la “corrupción en general” como uno de los más graves y persistentes problemas. El panameño consciente no puede ni debe permanecer indiferente ante esta seria amenaza al orden público, al sentido de justicia, a la confianza, al respeto y a la armonía. Mi sentido y trayectoria del deber ético cívico me obligan a combatir estas lacras y peligros.

LE: LA ÉTICA Y EL CIVISMO EN PANAMÁ ALGUNAS PERSONAS LA HAN PERDIDO. ¿QUÉ SE NECESITA PARA RESCARTAR Y MANTENER ESTOS VALORES?

LHM: Los valores deben proponerse y divulgarse seriamente con el ejemplo. Hay que señalar directamente las fallas, las debilidades y la contumacia, sin sensacionalismo ni saña, tratando primero de convencer por el camino de la solidaridad y la lógica, y luego de rectificar actitudes en búsqueda de identificación nacional. La conducta torcida hace daños profundos. Y no me refiero precisamente a la delincuencia, que es un asunto procesado por ley, sino a la ética, a la existencia de valores morales que se adoptan o rechazan en la conciencia de cada cual. La conformación familiar, la educación, la formación cívica, el coraje personal son instrumentos esenciales en el desarrollo, rescate y mantenimiento de dichos valores.

LE: ¿A QUÉ PROPUESTAS CONCRETAS SE REFIERE CUANDO HABLA DE LA PROMOCIÓN DE UNA CULTURA ÉTICA?

LHM: Me refiero a la exaltación pública de la virtud cívica y moral, a la definición de planteamientos, al manejo correcto de asuntos de interés público, como hizo la Fundación cuando dirigió los debates presidenciales del 2004, con total participación de todos los medios y confianza de la comunidad; me refiero a la acción firme y constructiva contra el abuso en general, el juega vivo, el irrespeto y el desafío impune a normas y principios de conducta social. Me refiero al señalamiento del tráfico de influencias a través de la denuncia y el enfrentamiento. Me refiero a la revisión seria y responsable de disposiciones legales que regulan las licitaciones públicas y privadas, a fin de evitar confusiones maliciosas y aprovechamientos vergonzosos. Y luchamos igualmente por la introducción de reformas urgentes y esenciales a los códigos procesales para evitar las interminables y acomodaticias apelaciones a los tribunales por cualquier motivo o propósito inconfeso.

LE: ¿CUÁL CONSIDERA USTED HA SIDO SU MAYOR LOGRO CON LA FUNDACIÓN?

LHM: La Fundación Panameña de Ética y Civismo ha puesto sobre el tapete de la realidad institucional el tema de la ética y el civismo, apuntalando este objetivo con proyectos y acciones que envuelven directamente a estudiantes de diversos niveles, a políticos y funcionarios, a empresarios y académicos, obreros y periodistas. Lo importante es que el tema se tenga presente, que se le pierda la aprensión conceptual que tiene para muchos, y sea debatido con mayor intensidad y apertura.

LE: ¿EN QUÉ QUEDÓ LA CONSTITUCIÓN DE LA ESCUELA DE ÉTICA Y CIVISMO?

La Escuela de Ética y Civismo es parte de nuestros objetivos permanentes. Tenemos planes concretos de expansión en todo el país. Para ello se cuenta con el indispensable apoyo de educadores, de funcionarios y empresarios jubilados o en función. Hay mucho interés y desprendimiento personal frente a la sentida necesidad de mejorar el nivel moral.

LE: USTED SE HA ENFRENTADO AL MONSTRUO DE LA CORRUPCIÓN. ¿CUÁL HA SIDO SU EXPERIENCIA?

Con todo lo que he visto y veo en mi larga e independiente observación de la política partidarista, en el país y fuera de él, se me hace difícil conjugar la ética en ese ambiente. Es un código difícil de asimilar, más en la práctica que en su enunciación, aunque algunos cuelguen nítidamente de las paredes. Los pactos de recámara, los acuerdos de trastienda, inspirados más en el interés personal que en el de la patria, por lo general carecen de la ética que se predica. Lo lamentable es que para muchos el patriotismo debe pasar por la afiliación a los partidos, cuando a la patria debe servírsele sin condiciones.

LE: LA FUNDACIÓN HA SOLICITADO LA REAPERTURA DEL CASO CEMIS, SIN EMBARGO, ENTIENDO QUE NO HA SIDO POSIBLE. ¿SIENTE USTED QUE ESTÁ LUCHANDO CONTRA LOS MOLINOS DE VIENTO?

Cada vez que lo he enfrentado lo he combatido sin dudas ni temor, a pesar de las dificultades y amenazas que se presentan en un medio como el nuestro. El caso CEMIS es baldón para la República, que no puede, indefinidamente, quedar sin investigación y sin sentencia. Es como una deuda latente con el honor nacional, con el alto sentido de la justicia que todos merecemos. No es aceptable que un caso tan grave, en el que, por testimonios públicos, estén envueltos los tres Órganos del Estado, no se investigue y se archive con el beneplácito de los mismos Órganos, mientras que numerosos testigos autoimplicados permanezcan impunes.

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