Concesionaria Madden Colón llevó a cabo un simulacro de accidente sobre la autopista como fase final del Curso de Formación de Brigadas de Emergencias,...
- 03/03/2009 01:00
- 03/03/2009 01:00
E n medio de la espiral de solicitudes de incremento salarial por parte de diferentes gremios del sector salud, Eduardo Carrasquilla, director nacional de Asuntos Administrativos de la Caja de Seguro Social (CSS) es uno de los funcionarios que ha tenido a su cargo el “tira y jala” de las ocho negociaciones de la actual administración. Curtido en los menesteres de las finanzas de la Caja, Carrasquilla ha puesto el dedo en la llaga en más de una ocasión y ha logrado con su insistencia reducir las pretensiones de algunos funcionarios en varias oportunidades. Tan sólo este año ha tenido que negociar con técnicos y administrativos y hacerle frente a las amenazas de enfermeras y laboratoristas clínicos. Esa labor lo ha convertido en uno de los más experimentados conocedores de las intimidades del sector y las vicisitudes de cada negociación.
Los movimientos de reivindicaciones gremiales en este período de administración tienen su génesis eminentemente en la reforma de la Ley orgánica de la CSS del año 2005. La forma en la cual se logró esta ley, que fue a través de un diálogo nacional de todos los sectores de la sociedad panameña, permitió que los trabajadores entablaran durante este proceso múltiples negociaciones particulares con el objeto de mejorar sus condiciones salariales.
Inmediatamente terminó el Diálogo Nacional por la CSS y se aprobó la Ley 51 en diciembre 2005, se dio inicio a la primera ronda de negociaciones con cada gremio: enfermeras, administrativos y médicos, un ejercicio cuyo costo de implementación total ascendió a más de 40 millones en la CSS. Sin embargo, la situación positiva que ha reportado la caja en materia de sus ingresos en los años posteriores a la reforma y la creciente inflación que ha golpeado la sociedad panameña, son detonantes fundamentales que han llevado a los gremios de la salud ha buscar una segunda vuelta de reivindicaciones salariales.
Es lamentable que los gremios hayan visto en las acciones de paro o huelga, la primera y única vía para doblegar a las autoridades en materia de aumentos salariales. Las autoridades, responsablemente, ya negociamos nuevas escalas salariales, algunas con implementación incluso en este año. Sin embargo, los apetitos desmedidos y las imaginaciones sin límite, llevan a algunos dirigentes a desbocar a las bases en solicitudes totalmente disparatadas desde el punto de vista de lo posible.
Otro factor determinante es que la temporada de pesca que transitan las autoridades, donde los gremios cada uno busca la mejor presa. El componente político y las expectativas de posibles cambios, definitivamente que llevan a los dirigentes a conducir a sus bases por caminos de la fuerza y la desproporción. Las autoridades no tienen nada que ver con la temporada alta de cacería, y mucho menos se les puede achacar responsabilidad por los apetitos gremiales. No es posible prevenir lo inimaginable.
La CSS cuenta con una oficina de Asuntos Laborales que permanentemente atiende a los 38 gremios institucionales y responde diariamente múltiples inquietudes y solicitudes a lo largo y ancho del país.
Claro que no. Los gremios de la salud cuentan hace mucho con un régimen de carrera y tienen cada cinco años, incluso menos, escalas salariales debidamente negociadas. Por tanto es una falacia señalar que estas dos condiciones pudieran cambiar la realidad de los trabajadores de la salud. La verdad está en la respuesta anterior.
Falso otra vez. Los acuerdos con los gremios en aspectos salariales han sido religiosamente cumplidos sin excepción por las administraciones. Los temas administrativos tienen siempre altos porcentajes de cumplimiento y cuando no se logran al 100% es precisamente porque los gremios no se ponen de acuerdo y la administración debe esperar para conciliar con todas las partes. Rechazo categóricamente el señalamiento de falta de capacidad de negociación por parte de las autoridades. Si fuera así, no habríamos logrado reducir las pretensiones de Conagreprotsa de 40 millones a los 8 millones acordados. Los médicos arrancaron pidiendo aumentos de 1,500 dólares para cada uno y logramos acuerdos por 300 y 500. Los administrativos pedían 16 millones y se acordó un paquete que no sobrepasa los 7 millones. ¿Es falta de capacidad haberle ahorrado a las finanzas de la CSS más de 60 millones de dólares en peticiones de gremios?
Tenemos el equipo negociador más experimentado del sector publico. Hemos manejado más de 8 conflictos y dos diálogos nacionales, en cuatro años le hemos ahorrado al erario público una suma que supera en más de cinco veces los aumentos aprobados. Esta administración ha demostrado ser la más capaz para manejar estos temas.
La única solución es proscribir las huelgas y paros en el sector de la salud pública, a través de una ley que declare el sector como vital para la seguridad nacional. Así los trabajadores de la salud estarían restringidos de poner en riesgo la vida de los panameños, so pena de violentar la ley. Debe también contemplar las sanciones a los infractores. Cualquier otra vía, resultará una simple ilusión.