El legado de un político y artista

PANAMÁ. Descrito por sus colaboradores y por los miembros de la comunidad artística panameña como un hombre accesible y apasionado por la cultura, Anel Omar Rodríguez Barrera nació el 11 de septiembre de 1962 en la ciudad de Aguadulce, provincia de Coclé.

Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Abelardo Herrera. En 1980 obtuvo el título de Bachiller en Ciencias. Cursó la carrera de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Panamá y en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT).

En el transcurso de su vida desempeñó varios cargos en la administración pública, como legislador suplente durante el período 1999-2004, viceministro de Trabajo y Desarrollo Laboral, y embajador extraordinario de Panamá en Cuba, entre otros.

El primero de septiembre del 2007 asumió la dirección del Instituto Nacional de Cultura (INAC). De acuerdo con Noris Vega, jefa de relaciones públicas de esta institución, durante la administración de Rodríguez se realizaron 200 presentaciones de la Orquesta Sinfónica Nacional y del Ballet Nacional.

“Desde que arribó a la institución se percató de la desigualdad económica del personal”, apuntó Griselda López, directora nacional de las Artes del INAC. “Duplicó los salarios del personal de la Sinfónica y el Ballet Nacional”, agregó.

Para la poetisa Lucy Chau, ganadora el año pasado del Premio Ricardo Miró en la sección poesía, Rodríguez fue un hombre que “armado con su sensibilidad y experiencia política” trabajó para lograr que la cultura formara “parte integral de la realidad de nuestro país.

Pintor consumado, fue responsable de la reapertura de la Galería de Artes Visuales “Juan Manuel Cedeño” del INAC, ubicada en el Casco Viejo.

A este incansable promotor de la cultura le sobreviven su esposa Auri Morrison y sus cuatro hijos: Anel Omar Rodríguez Mendieta, Omar Anel Rodríguez Mendieta, Mitzila Rodríguez Mendieta y Anel Omar Rodríguez Morrison.