El contacto del “Mono Jojoy”

Actualizado
  • 21/04/2009 02:00
Creado
  • 21/04/2009 02:00
BOGOTÁ, COLOMBIA. Desde hace varios meses las Fuerzas Militares en Colombia están centradas en un objetivo: capturar a Jorge Briceño Su...

BOGOTÁ, COLOMBIA. Desde hace varios meses las Fuerzas Militares en Colombia están centradas en un objetivo: capturar a Jorge Briceño Suárez, alias el “Mono Jojoy”, el más sanguinario y temido de los comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Dentro de esos operativos, la captura ayer de Luis Orovio, alias “Mello”, acusado del secuestro en Panamá en 2008 del cubano-estadounidense Juan Cecilio Padrón, marca un avance importante, pero sobre todo, confirma la presencia activa del grupo guerrillero en Panamá, donde “Mello” —según la Policía colombiana— se encargaba, con el Frente 57, del tráfico de cocaína y de armas a través de la frontera con Colombia.

Esta evidencia se suma a otras halladas en la feroz persecución contra Jojoy, cuyo último episodio ocurrió hace un mes. En medio de los operativos centrados en la serranía de la Macarena en el departamento del Meta, a 1.200 kilómetros de Bogotá, se encontró un material que los oficiales denominaron como los “libros de guardia” del Mono Jojoy: una serie de estratégicas anotaciones de uno de los encargados de los contactos con el jefe guerrillero, realizadas en varios cuadernos entre el 23 de mayo y el 26 de noviembre de 2002

El hallazgo causó sorpresa por el valor de la evidencia y dio luces en el manejo de tres actividades sobre las cuales las FARC han centrado sus acciones en la última década: secuestro, narcotráfico y relaciones internacionales.

Los “libros de guardia” del Mono Jojoy, según explicaron a La Estrella fuentes de las Fuerzas Militares de Colombia, pertenecen al radio operador de las FARC que manejaba las comunicaciones del grupo guerrillero en el departamento del Meta. En ellos aparecieron varios informes detallados de las actividades del Bloque Oriental de las FARC, dirigidos al jefe guerrillero. Entre ellos, importantes informes en el tema de secuestros y el narcotráfico; reportes sobre la situación de varios plagiados, y anotaciones que hablan de una supuesta negociación de droga con Víctor Patiño Fómeque, miembro del cartel de Cali, entre ellas, una negociación de base de coca por cinco millones de dólares.

LA CONEXIÓN PANAMÁ

Uno de los asuntos que mayor inquietud generó a la inteligencia militar colombiana fue la aparición de una anotación que dejó en evidencia que el grupo armado ilegal, a través del Mono Jojoy, tendría un contacto directo en Panamá, para desarrollar actividades de narcotráfico, blanqueo de capitales y negocios de armamento.

En sus apuntes, el radioperador señala: “sobre amigo Panamá es bueno conocer bien antecedentes, no sea trabaje CIA y capturen cuando vayan sacar plata”. Y en esa misma anotación resalta: “los caleteros deben permanecer sitio donde el comandante tenga absoluto control sobre ellos”.

Otra de las anotaciones hace referencia a un posible negocio de fusiles en Panamá. Allí el radioperador le informa a Jojoy de una oferta para la venta de mil fusiles y se habla del nombramiento de un garante que, de no cumplir, tendría que responder con su vida. Sobre el negocio, se anotaron inquietudes como “¿Cuánta coca o cristal hay que dar por fusil?” “¿Dónde tendrán a nuestro garante?” “¿Garantes permanecerán hasta entrega de último fusil?” “¿Dueños fusiles representan Estado, organización mafiosa o qué?” “¿Quiénes y por qué lo contactaron?”

Al respecto, los organismos de inteligencia de Colombia consideran que lo que revelan los apuntes es que Panamá, por su ubicación geográfica, supuestas facilidades financieras y buen desarrollo y crecimiento comercial, sigue siendo un país al que las FARC miran como eje para manejar y ocultar algunas de sus actividades ilegales a través de testaferros, en su gran mayoría colombianos que viven en el istmo y que conocen al dedillo la frontera en la zona del Darién.

“Lo que quiere esta organización terrorista no es trasladar sus actividades de lucha armada a Panamá. Lo que buscan es mimetizarlas para operar de manera más eficiente en asuntos bancarios, de narcotráfico y armas”, señaló una fuente de inteligencia en Colombia.

El Ejército colombiano sostiene que el encargado de ocultar las actividades de las FARC a través de Panamá es el bloque Caribe —que opera en el norte del país— con los frentes 34 y 57, al mando del comandante alias “El Becerro” y al cual pertenecía el guerrillero capturado. Estos frentes son los que cubren la frontera colombiana con Panamá, en el Tapón de Darién.

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