Porfirio Meléndez

Actualizado
  • 07/05/2011 02:00
Creado
  • 07/05/2011 02:00
P orfirio Meléndez nació en 1854 y murió en 1915. Desde los 18 años se radicó en Colón, en donde desempeñó los siguientes cargos público...

P orfirio Meléndez nació en 1854 y murió en 1915. Desde los 18 años se radicó en Colón, en donde desempeñó los siguientes cargos públicos: concejal, procurador departamental y administrador de Hacienda, alcalde municipal en dos ocasiones, diputado departamental por Colón, por elección popular, prefecto. Porfirio fue sorprendido con la llegada al puerto de Colón del Batallón Tiradores, el 3 de noviembre de 1903. Éste traía 500 hombres armados, al mando de los generales Juan B. Tovar y Ramón Amaya. El contingente venía dispuesto a sustituir al Batallón Colombia, comandado por el General Esteban Huertas, quien estaba del lado de los separatistas de Panamá. Los jefes del movimiento revolucionario eran Manuel Amador Guerrero y Nicanor A. De Obarrio, quienes logran la cooperación del coronel norteamericano Shaller, superintendente del Ferrocarril de Panamá, para solo trasladar a la capital a los generales Tovar y Amaya. Una vez en el cuartel Chiriquí, en Las Bóvedas, Huertas ordena su detención. La noticia se supo en Colón, el coronel Eliseo Torres, quien había quedado al mando de la tropa, trató de trasladar al Tiradores a Panamá. La recién organizada Junta de Gobierno inició gestiones mediadoras desde el 4 de noviembre, pero amaneció el 5 sin lograr nada. El coronel Torres ordenó a su tropa desplegarse sobre las principales calles de Colón, posesionarse de los puntos más estratégicos, calar bayoneta y esperar la orden de ataque. El choque parecía inminente, 250 patriotas panameños al mando del General Domingo Díaz se apertrechaban para viajar a Colón por tren juntos a tropas norteamericanas. Entra en acción Porfirio, quien en asocio con Carlos Clement, Orondaste Martínez y Juan Antonio Henríquez, logró una entrevista con el coronel Torres. Ahí le presentaron el difícil panorama para sus tropas advirtiéndoles que sólo les quedaba una nave, que no tendrían apoyo de pertrechos ni hombres suficientes para sofocar el levantamiento, que no podría permanecer en la ciudad ni sería trasladado a Panamá. El Coronel Torres decide capitular, antes de rendirse pone una última condición: que se le entreguen 8,000 pesos monedas de oro, para pagar los salarios del Batallón Tiradores, antes de salir del puerto. Porfirio logra recuperar la suma, solicitándole un préstamo a la Compañía del Ferrocarril de Panamá. A las 7:25 de la noche soltó amarras el vapor Orinoco, rumbo a Cartagena y allí abandonan a Panamá los últimos soldados colombianos. La Junta de Gobierno mandó dos cartas al Coronel Sheller, superintendente de la Railroad Company. En la primera le informaban que se había declarado la independencia, que en adelante se llamara República del Istmo y que contaban con los elementos militares suficientes para dar completa protección al fe rrocarril. La segunda daba instrucciones a Shaler de negar transporte a las tropas colombianas, porque la junta de gobierno se verá obligada a atacar con sus fuerzas los trenes que conduzcan esas fuerzas en cualquier lugar de la línea férrea’. Poco antes de partir, se embarcaron dos cajas de champaña para el Coronel Torres, por cortesía del Coronel Shaler. En altamar Torres se embriagó con la champaña y alardeó ante sus hombres, quienes ingirieron champaña, diciéndoles que le había dado ocho mil dólares y que con ellos pensaba ir a Jamaica. Sus hombres, molestos por los alardes, lo arrojaron por la borda y se repartieron el dinero. Porfirio Meléndez, evitó un encuentro sangriento y desde Colón (C-4) le dieron luz verde al proyecto República de Panamá.

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