Menores otra vez: fugas y ataques

PANAMÁ.. A cuatro días de iniciadas las revueltas protagonizadas por los jóvenes del Centro de Cumplimiento Arco Iris, la bola de nieve crece y con ella la gravedad de una situación que empezó por una petición de aumento en la ración de comida. Las últimas informaciones dan cuenta de otra fuga y un intento de ataque a los quemados del Santo Tomás. Continúan las contradicciones entre las versiones oficiales y los hechos.

¿Y DÓNDE ESTÁ MI NIETO?

Mientras Carlota de Allen, directora del Instituto de Estudios Interdisciplinarios, aseguraba: ‘ayer no se fue nadie, yo estoy en el centro, contándolos, y están completos’, refiriéndose a los 5 menores fugados tras la revuelta del martes 21, otros 10 muchachos se escapaban cuando los sacaban de Arco Iris para trasladarlos a los centros ubicados en Chiriquí y Colón.

‘Yo estuve toda la tarde afuera del centro esperando a que me dieran respuesta sobre el paradero de mi nieto, pero nadie me dijo nada, que vuelva mañana, que espere. Pero ni lo vi entre los que salieron ni me dijeron si estaba o no estaba adentro. El director le tira la pelota a las técnicas y custodios que le tiran la pelota al director, entonces... ¿dónde está mi nieto? esperaba verlo entre los que se fugaron por la tarde, pero nada’, dice doña Virginia, desesperada por saber del paradero de su nieto Yassir.

¿Y POR QUÉ CORRÍAN LOS POLICÍAS?

Mientras Raquel Méndez, jefa de Relaciones Públicas del Hospital Santo Tomás informa a los medios: ‘lo único que puedo decir es que el hospital está marchando normalmente y en la sala donde están los muchachos quemados no ha pasado absolutamente nada de lo que tengamos conocimiento en este momento’, las madres de los muchachos que esperaban afuera por alguna noticia de la salud de sus hijos hablaban de cómo los policías corrían tras los tres tipos que ‘entraron vestidos de doctores por el túnel de maternidad, que conecta con la Sala de Quemados’.

En medio de este episodio, con los muchachos al mando de la situación, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos invitó al Gobierno a tomar las medidas necesarias para prevenir incidentes en las cárceles, subrayando que su deber es ‘prevenir diligentemente situaciones de riesgo que amenacen los derechos de las personas privadas de libertad y con mayor intensidad si hay niños o menores envueltos’.