Panamá busca nuevas negociaciones para TLC-Colombia

Actualizado
  • 14/07/2012 13:28
Creado
  • 14/07/2012 13:28
Aunque las negociaciones entre Panamá y Colombia para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral llegaron hasta un punto ...

Aunque las negociaciones entre Panamá y Colombia para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral llegaron hasta un punto en el que ya no pudieron seguir avanzando, lo que llevó a la suspensión de éstas en octubre de 2010, el gobierno del presidente panameño Ricardo Martinelli confía en que existan ahora las condiciones para el relanzamiento del proceso.

Diana Salazar, viceministra de negociaciones comerciales internacionales de Panamá, expresó la expectativa en una mejor aproximación sobre el tema con la contraparte colombiana durante una entrevista con Xinhua en la Ciudad del Saber.

La funcionaria, quien funge además como embajadora plenipotenciaria y que está a cargo de la agenda de integración comercial de Panamá, habló del tema antes de viajar el próximo lunes 16 de julio a Washington, a fin de ver aspectos relacionados con la implementación del Tratado de Promoción Comercial (TPC) ratificado por los órganos legislativos de Panamá y de Estados Unidos.

Salazar, quien fue directora de negociaciones comerciales internacionales de Panamá entre 1998 y septiembre de 2011 y ha sido clave en el proceso de apertura e integración comercial de su país con otras naciones, explicó que en mayo pasado se estableció un contacto con su homólogo de Colombia a nivel viceministerial para ver la factibilidad que un nuevo lanzamiento de estas negociaciones no lleve de nuevo "a estacionar" el proceso.

El ministro de Comercio e Industrias de Panamá, Ricardo Quijano, había informado el 8 de marzo pasado en la capital panameña, y tras una reunión en la sede de su cartera con el ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Sergio Díaz Granados, sobre la voluntad de los gobiernos de ambos países de proseguir con las negociaciones para el TLC.

El titular de la Cartera calificó entonces inclusive de muy buena la disposición en este tema por parte del presidente Martinelli y de su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos.

"Estamos haciendo evaluaciones, y al concluir las discusiones, consultas, y demás, vamos a relanzar las negociaciones, porque pensamos que ha pasado mucho tiempo y que las cosas pudieran haber cambiado desde que se produjo la suspensión. Hay que ver las nuevas posiciones para saber si -se puede- alcanzar el éxito", expresó.

La viceministra reconoció, no obstante su optimismo, en que no se va a poder avanzar de no haberse dado un cambio de posición, aunque confió en que sea posible seguir adelante, y teniendo en cuenta la importancia dentro de la visión de integración que tendría para Panamá pertenecer al foro de la Alianza del Pacífico.

En una teleconferencia con otros jefes de Estado latinoamericanos realizada hace unos días el presidente de Panamá había asegurado que Panamá estaba lista para ingresar como miembro pleno en la Alianza del Pacífico.

La expectativa de la administración Martinelli ha sido que el logro del TLC con Colombia, y del proceso pendiente para la conclusión de un acuerdo del mismo tipo con México, sirvan para que Colombia proponga a Panamá como miembro pleno de la Alianza del Pacífico, que integran Chile, Perú, Colombia y México, y en la que el istmo actúa como observador.

La viceministra reconoció que los países de la Alianza del Pacífico "están llevando adelante" una ofensiva muy fuerte hacia Asia buscando algún tipo de negociación, y estimó importante para poder estar en este foro ir en una base única y en el marco que los TLC facilita.

Las partes no han definido aún fechas para nuevas reuniones, indicó Salazar, al reconocer la importancia de hacer consultas a nivel institucional pero también a nivel privado antes de dar cualquier paso.

Las diferencias sobre el tema aduanero incidieron para la detención de las negociaciones.

La Organización Mundial de Comercio (OMC) falló en octubre de 2009 a favor de Panamá en un diferendo con Colombia, ante acusaciones sobre la supuesta discriminación en puertos colombianos contra productos provenientes de la panameña Zona Libre de Colón (en el Atlántico).

La decisión estableció que para el 4 de febrero de 2010 Colombia debía haber eliminado todas las medidas incluidas en el reclamo panameño, y que la contraparte colombiana había impuesto argumentando el temor a la llegada de contrabando a su territorio.

Salazar reconoció que el sector privado panameño no quiere que se apliquen algunas medidas que dispuso Colombia anteriormente, en tanto que en Colombia se teme que se firme un acuerdo que no permita luego evitar rápidamente algún tipo de triangulación.

La viceministra de negociaciones comerciales internacionales reconoció que aunque Colombia tiene una base productiva mucho mayor que Panamá, hay sensibilidades en el lado agrícola y en el lado industrial al ver el tema del TLC.

Explicó que si bien está el tapón del Darién -que impide el paso por carretera entre Panamá y Colombia-, generalmente los países vecinos eliminan lo que es la protección natural de los fletes y seguros, por la cercanía del lugar, y que ese es un factor que preocupa al sector privado panameño.

Salazar destacó que "existe una relación fuerte" entre Panamá y Colombia, que incluye un Tratado de Alcance Parcial bilateral, que beneficia a algunos bienes. Agregó que se trata de países que tienen abiertos sus servicios e inversión, pero que sin embargo no están consolidados en la OMC.

"Lo señalado significa que la de bienes es negociación cautelosa por la cercanía, mientras en cuanto a los servicios se quiere mantener el status quo, porque no están consolidados en la OMC, y significa que si quieres mañana cerrar servicios también lo puedes hacer y el gobierno se debe también a los prestadores de servicios", señaló.

Agregó que Panamá quiere ver si la visión del jefe negociador de Colombia cambió, y subrayó que en cuanto a su visión hay elementos en los que su país no puede ceder.

Salazar destacó que Panamá hizo años atrás una consultoría en la que Colombia quedó en el segundo lugar, luego de Estados Unidos, y como uno de los países compradores de servicios.

Concluyó que se trata con el TLC mantener unas reglas de juego, y que si surgen discriminaciones se pueda tocar la puerta del país que está afectando y se resuelvan las diferencias.

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