En la encrucijada

Entre tanto, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha preferido tomar distancia del imputado cuya inocencia defendió durante un año. El PP —que creía haber zanjado el escándalo del caso Gürtel desplazándolo de la prensa a los Tribunales, y seguro de éxito electoral de 2011— se encuentra de nuevo en una encrucijada después de que se destapara que Bárcenas pagaba sobresueldos en negro a altos cargos del partido procedentes de comisiones ilegales o donaciones poco claras. Las cuentas en Suiza pueden arruinar un crédito con el que el partido de Rajoy pretende gobernar un país con seis millones de parados y cuyas medidas contra el desempleo no resultan eficaces. Al estallar el escándalo en 2009, y poco antes de ser llamado a declarar, Bárcenas retiró nueve cajas con información comprometedora de su despacho en la sede del PP. Tras 28 años en las filas del partido, Bárcenas se ha convertido en un tesorero de su memoria, y ahora amenaza con abrir las nueve cajas de Pandora.