Político en busca de un ‘pedacito’ de cielo

Actualizado
  • 13/04/2014 02:00
Creado
  • 13/04/2014 02:00
Católico devoto, lleva 20 años suministrando las pencas para el Domingo de Ramos a unas dieciséis e iglesias y capillas de la ciudad capital

La misa de hoy es una misa distinta, pues, según el calendario católico, hoy no es un domingo cualquiera, hoy es Domingo de Ramos, la fecha que da inicio a la Semana Santa.

En las iglesias, cómo se lleva la misa de este día difiere de los otros domingos. Hay toda una serie de procesos adicionales a los acostumbrados, entre los que está la bendición por parte del cura y la repartición de palmas para recordar la entrada de Jesús y a quienes lo recibieron en Jerusalén, blandiendo estas hojas, según cuenta la Biblia.

La costumbre es que los feligreses tomen las palmas y se las lleven a sus casas. Lo más común es que se hagan cruces con las hojas y se les coloque detrás de las puertas de las casas.

DE BOCA EN BOCA

En realidad se trata de una penca y no de una palma– aclara Elías Castillo–. Es una penca que proviene de una planta conocida como ‘palma real’, la cual está en peligro de extinción. Su particularidad es que la ‘palma’ que se entrega en Domingo de Ramos está en estado virgen; es decir, que todavía no se ha abierto, por eso tiene esa tonalidad amarillenta.

¿Por qué Elías Castillo, el diputado perredista está hablando sobre el Domingo de Ramos y de la palma que se reparte ese día? Resulta ser que el santeño es dueño de una finca de 96 hectáreas en Río Chicho de Pacora en donde hay palmas reales y, desde hace 20 años, se ha encargado de repartir la penca a varias iglesias de la ciudad de Panamá.

–Soy devoto de San Judas Tadeo, generalmente acudo a esa iglesia (ubicada en Campo Lindbergh, Juan Díaz) y también a la de San Gerardo de Mayela (que está en Chanis, Parque Lefevre), a la cual, por jurisdicción, me corresponde ir. Un día me enteré de que la persona que les proveía las palmas dejó de hacerlo y yo empecé a suministrarles– explica el político–. Panamá es chico y entre colegas se comunican las cosas. Supongo que, así como hacen los directores de escuelas entre sí, que se cuentan las incidencias de sus colegios, los curas también lo hacen, pues más y más iglesias comenzaron a contactarme y solicitarme más y más pencas– apunta quien fuera docente.

CONTRA EL TIEMPO

Por sus características, las pencas se ‘obtienen siempre el viernes anterior al Domingo de Ramos’. Para lograr esta tarea en tan poco tiempo, Castillo y seis peones le dedican la jornada entera a la recolección: ‘Ese viernes pasamos todo el día cortando la penca, me desconecto totalmente de la ciudad’. En esta ocasión, comenzaron a trabajar desde el jueves para que la faena de recolección fuera menos ardua.

Aunque la tarea la realiza generalmente Castillo con sus trabajadores, a veces reciben compañía y ayuda para la labor: ‘Una vez llevé a jóvenes de la Iglesia de San Judas, ya hoy son adultos. También le he dicho a otros párrocos que nos acompañen, para que conozcan el procedimiento’.

Pedro Rivera, encargado de la logística comenta: ‘Solo podemos trabajar hasta que haya sol. Salir de aquí en la noche es muy difícil y peligroso por la cantidad de mosquitos y chitra que hay, además del camino’.

Las palmas son llevadas a la ciudad en un viejo camión Dina de 16 pies de largo. Cuando se le pregunta cuántas palmas hay ahí, el diputado menciona que ‘son cerca de 600’. El cálculo no es exacto; pero, con tantos años de experiencia, saben que si el vagón se encuentra lleno hasta poco más de la mitad, entonces ya cumplieron con la cuota.

Al día siguiente, sábado, inicia la distribución. No lo tiene apuntado en ningún lado, pero Rivera tiene en su mente la lista completa de cuántos templos deben visitar y que ruta seguir : ‘En estos momentos son 16’. La mayoría están en el circuito 8-8, donde vive el diputado; pero también entregan en parroquias del centro de la ciudad, como Calidonia, y en templos de las afueras, verbigracia, la iglesia ‘María, Reina de la Paz’, en Los Andes .

TAREA DIFÍCIL

La palma real, describe el presidente del Parlatino, mide entre 6 y 15 metros, y de un ejemplar se obtiene una penca a la cual se le pueden sacar entre 500 y 600 ramos.

–El procedimiento consiste en trepar la palma , cortar la penca , recogerla y llevarla al camión– narra el miembro del PRD.

Ariel Cruz, el peón de la finca comenta: ‘Tumbar una penca te toma solo 5 minutos, lo difícil es todo el terreno que tienes que recorrer bajo el sol y luego tener que cargar esos ‘pencones’ hasta el camión’.

Pero la naturaleza también pone otros obstáculos. Menciona el santeño que deben luchar contra ‘las plagas de garrapatas que hay por el ganado que se encuentra en estos lados; así como con una que otra culebra que se encuentran trepadas en las palmas’. Pedro Rivera añade: ‘Sin contar los congos de abejas ‘mulatas’, ‘africanas’, ‘culiblancas’ y ‘comevaca’.

Justamente este año, uno de los pocos incidentes que se suscitaron fue que se encontraron con una serpiente ‘patoca’. A pesar de todo, según el santeño, en 20 años no se ha registrado ningún accidente. Considera que es porque ‘estamos protegidos por el Señor’.

ECONOMÍA RELIGIOSA

–Si las pencas se distribuyeran correctamente, saldrían para mucha gente, lo que pasa es que las personas se llevan más de una– comenta Elías Castillo–. Se llevan manojos para los que no asisten a la Eucaristía. Además, en esas fechas acuden a la Iglesia los que generalmente no van. La gente se emociona al tener su penca y hacer su cruz y colgarla en la puerta de su casa. Es una tradición– menciona Castillo .

Uno de los muchachos que reparte las pencas comenta: ‘En ocasiones llevamos las palmas y nos dicen: ‘¿Tan poquito?’. No saben que de una salen tantas y al final les sobran y se pierden’.

El también abogado lamenta que, por el contario, ‘a veces pasa que la iglesia, para la última misa se queda sin pencas. Por ejemplo, la Iglesia de San Judas, que los domingos tiene cuatro Eucaristías matutinas y tres en la tarde, siete en un día, y todas llenas para esa fecha’.

Al preguntarle cuánto le cuesta el suministrar las palmas a las iglesias, el tajante responde: ‘Esto no está inventariado, a la iglesia no se le pone precio’.

CERO POLÍTICA, SOLO FE

Aunque no niega que le dan ganas de que ‘ la gente supiera cuánto sacrificio toma conseguir esa penca’, trata con discreción el asunto y prefiere no comentarlo mucho: ‘Se consume mucho tiempo y mucha energía; pero, ésto, más que un tema político es un asunto de fe y servicio: Antes de ser político fui feligrés y siempre seguiré siéndolo’, asegura.

Castillo comenta que cuando conoció al papa Francisco, hace unos meses, en una audiencia que le otorgó en el Vaticano, una de las primeras cosas que le comentó es la labor que él hacía acá en Panamá: ‘Al principio, él no comprendía a qué me refería, porque yo le hablaba de pencas. Cuando le dije que eran ramos, lo entendió’ .

Al referirse a este capítulo de su vida, con mucho orgullo, Elías Castillo menciona: ‘Es una anécdota en el camino que voy a recordar toda la vida’.

–¿Es una forma de ganarse un pedacito de cielo?–

–Sí, por supuesto– contesta sin dudar.

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