Las polleras se revisten de oro en una tarde de esplendor

Actualizado
  • 24/07/2014 02:00
Creado
  • 24/07/2014 02:00
Una pasarela, un jurado y un público ansioso de admirar las más lujosas polleras del país fueron los testigos de un evento  en Las Tablas

El calor de la tarde sofocaba el auditorio de la ciudad de Las Tablas, recinto en el que cada año se celebra el Festival Nacional de la Pollera, que en esta ocasión conmemoró su versión número 56. En la tribuna, más de medio centenar de mujeres ataviadas con distintas clases de polleras esperaban su turno para lucir ante el jurado y el público todo el esplendor del costoso traje que vestían.

Una extensa espera fue la antesala de una pasarela que acogió a las participantes de las cinco categorías que fueron premiadas en la tarde de pasado 22 de julio.

Polleras sombreadas, zurcidas, marcadas y montunas desfilaron por cuatro horas consecutivas robándose el aplauso de todos los presentes, al tiempo que una tras otra asombraron al jurado que evaluaba minuciosamente los diseños, materiales, técnicas para la confección de la pollera, con especial atención a los accesorios de cada participante.

‘No conocemos el valor exacto de cada pollera, pero sí un estimado. Por ejemplo, el jurado evaluó una que ellos creen que puede costar 12 mil dólares, mientras que hubo un joyero que ellos valoraron en al menos 80 mil dólares’, expresó Deisy Cárdenas, organizadora de la última versión de este concurso.

Según Cárdenas, la competencia este año ha sido reñida. ‘No hubo una sola participante que no luciera con gallardía el traje típico. Las montunas, como siempre, mostrando todo el colorido de las campiñas; y las de lujo, el esplendor del oro y las perlas’.

Como si fuera poco el brillo que ya destella de las polleras, los premios entregados por categoría parecen querer igualar ese lujo.

La ganadora de la categoría pollera montuna recibió una cadena cola de pato, utilizada con frecuencia para adornar esa pollera, y un crucifijo de oro puro. Ambas joyas están valoradas en más de mil dólares, según dijeron los organizadores del evento.

Por otro lado, la categoría de pollera sombreada, que ganó Nelly Velasco, recibió un escapulario de oro, y la pollera marcada presentada por Estefanía Zevallos, un lujoso rosario.

La zurcida que vistió Amada Pinzón fue premiada con un ‘tapahueso’ en filigrana y un juego de zarcillos.

‘Escuchar mi nombre es una emoción que no puedo explicar, y más porque amo nuestras tradiciones y siento que esto es lo que me identifica’, declaró Amada Pinzón al recibir el premio por su pollera zurcida en hilos azules y celestes, trabajo que fue elaborado por la artesana guarareña Ismenia Bustamante.

El máximo galardón del concurso, la medalla Margarita Lozano, que es disputado tradicionalmente por las tres categorías de lujo (marcada, zurcida y sombreada) fue otorgada a la pollera marcada de Estefanía Zevallos.

La pollera de Zevallos combinaba hilos de color morado y naranja, con puntadas preciosistas para dibujar una enredadera de distintas flores a lo largo del faldón y torso de la pollera.

Del mismo modo, el lujoso joyero y el juego de tembleques resaltaron una colección de perlas de color rosa viejo que resaltaba entre el oro de las peinetas.

EVOLUCIÓN DEL CERTAMEN

El primer Concurso Nacional de la Pollera fue celebrado en 1958, teniendo como sede el gimnasio de la escuela Manuel María Tejada Roca, de Las Tablas. La reina de esa primera edición fue Margarita Lozano, la misma a la que, años después, se le hiciera honor entregando una medalla a la mejor pollera del concurso.

En años posteriores, el evento fue llevado al auditorio del Club de Leones de Las Tablas, en búsqueda de un sitio más amplio que permitiera el despliegue perfecto de las polleras durante el concurso.

La fama e importancia que logró alcanzar el certamen hizo que el 24 de noviembre de 1961 se promulgara la Ley 50, que estableció como fecha fija de celebración del festival cada 22 de julio, para que fuera parte de la gama de actividades desarrollas en el marco de la festividad de Santa Librada, patrona de Las Tablas, la ciudad que acoge desde el principio el certamen.

A la fecha, algunos grupos han solicitado que sea trasladado a un nuevo recinto, que en sus expectativas debería construirse en el mismo pueblo de Las Tablas y llevar el nombre de ‘Palacio de la pollera’.

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