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Actualizado
- 28/09/2014 19:43
Creado
- 28/09/2014 19:43
En la frontera se libra una enconada batalla contra el narcotráfico y el abandono con metralletras y promesas.
En lo más remoto de la espesa selva de Darién, donde la carretera Panamericana -que va de Alaska a Argentina- se interrumpe 85 kilómetros entre Panamá y Colombia, se libra una enconada batalla contra el narcotráfico y el abandono con metralletas y promesas.
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En la zona, ahora sobretodo en el lado colombiano, opera el Frente 57 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), considerado con sus 950 efectivos permanentes el más numeroso de esa organización, considerada terrorista por una treintena de países.
El director general del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront), Frank Ábrego, comentó que las FARC ya no llegan al "lado panameño gracias al sudor y las lágrimas de los soldados, sobretodo los que dejaron sus vidas en enfrentamientos fronterizos, y sus familias".
El director de Inteligencia del Senafront, el comisionado José Samariego comentó: "Las FARC y las Bacrim (bandas criminales) controlaban el narcotráfico, el terrorismo y el tráfico de armas, pero ahora las nuevas amenazas son más el hecho de que la droga no pasa como cocaína, sino en fase de producción, y hasta se está plantando coca en Panamá, además de la minería ilegal.
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