Carta a La Estrella de Panamá

Vic, Abel y mi persona hemos sido amigos durante más de 30 años. Es cierto que Abel invitó a Vic a almorzar y la invitación la hizo por iniciativa mía, luego de verlo en una entrevista que me desgarró el alma. Es más, cuando lo llamó para hacerle la invitación, yo estaba presente. El encuentro, al que yo también debía ir, se hizo porque la idea de Abel y mía era manifestarle nuestra solidaridad a un amigo que queremos y que sabemos está en una situación muy difícil.

Conocemos de lo mucho que ha sufrido Víctor y su familia. Fuimos testigos de su sufrimiento cuando le dimos el último adiós a su madre quien, por palabras del propio Víctor, murió preguntando por su hijo Vernon.

La única recomendación bienintencionada que le hicimos a Vic sobre la desaparición de su hermano fue que tuviera cuidado ante una situación evidentemente delicada.

Abel es una persona muy accesible y estoy segura que si hubieran hablado con él antes de publicar, no se hubiese comprometido su reputación.

(La Estrella de Panamá espera que hable el magistrado)