Con Luis Almagro, la OEA cambiará de manos en mayo

De ‘intensas’ calificó ayer las actividades previas a la Cumbre el secretario general electo de la OEA, Luis Almagro, quien tomará posesión de su cargo el próximo 26 de mayo.

El diplomático, abogado y excanciller de Uruguay participa en las reuniones de la Cumbre como observador.

Elegido como reemplazo de José Miguel Insulza en una primera ronda de votaciones el pasado mes de marzo, con 33 mociones a favor y una abstención, Almagro llega con un mandato considerado ‘histórico’ y de ‘unidad’— fue candidato único—.

Se espera que dé su respaldo con hechos al ambicioso plan de trabajo que presentó durante su candidatura, en el que incluyó promesas para dar más eficacia a la gestión administrativa del organismo, más credibilidad política y trabajar para que ‘sea más respetado, querido y cercano a los ciudadanos’.

Son grandes retos para una organización regional de la que se dice alcanzó su máximo peso político entre las décadas del 70 y 90, y que actualmente atraviesa problemas de eficiencia, de financiamiento, polarización interna y ‘falta de relevancia’.

Almagro trabajó para el gobierno de Mujica, ‘amigo de Nicolás Maduro’, por lo que los opositores al régimen venezolano han manifestado resquemores de que bajo su gestión se haga aun más permisiva la posición de la OEA ante este país.

Sin embargo, el secretario electo de la OEA manifestó a la prensa ayer en el Parlamento Latinoamericano que lo que se hace en un organismo internacional es ‘contar los votos’ de ‘países soberanos’ y que el que no entiende eso ‘tiene serios problemas de conceptualización democrática’.

‘Vamos a fortalecer la credibilidad y confianza con el gobierno y con la oposición venezolana’, prometió.

En cuanto a Estados Unidos, dijo ‘querer mucho a este país’ y tener la voluntad de trabajar con él. Sobre Cuba, señaló que ‘tenemos que generar una agenda para su pleno ingreso a la OEA’.