El caso Gallego y la extraña respuesta de la Guardia Nacional

Actualizado
  • 14/06/2015 02:00
Creado
  • 14/06/2015 02:00
El padre Héctor Gallego fue detenido el 9 de junio de 1971 por dos sujetos que se identificaron como agentes de la fuerza pública

En noviembre de 1941, explicando los métodos de intimidación que debían usarse contra los opositores, Adolfo Hitler recomendaba detenciones en la oscuridad de "la noche y la niebla" (Decreto Nacht und Nebel), sin dar otra información ‘que el hecho de la detención'.

La idea era dejar a los familiares y a la población general en la incertidumbre, decía el fuhrer, para lograr ‘una intimidación efectiva y duradera'.

Por ‘la misma razón—, continuaba—, no es aconsejable la entrega del cuerpo: el lugar del entierro podrá ser utilizado para manifestaciones'.

En las décadas del 70 y 80, la práctica descrita por Hitler sería usada por los regímenes militares de América Latina, especialmente en Chile, Argentina y Brasil. En Panamá, desde 1968.

Entre los años 1968 y 1989, de acuerdo con informes de la Comisión de la Verdad (reporte de 2002) desaparecerían en el país 187 personas.

Floyd Britton, en 1969. Rubén Miró y Heliodoro Portugal, en 1970.

En 1971, le tocaría el turno al sacerdote colombiano Héctor Gallego, detenido, según varios testigos, la noche del miércoles 9 de junio, a las 11 de la noche, en la población de Santa Fe, provincia de Veraguas, sin que hasta el día de hoy se conozca su paradero.

El padre Gallegos

El secuestro de Gallego fue denunciado por el campesino Jacinto Peña, testigo de los hechos, a las 6 de la mañana del jueves 10 de junio en Santiago de Veraguas.

Poco más tarde, el obispo de la diócesis de Santiago, Martín Legarra, no dudaba en ligar la desaparición con los roces que causaba su obra entre los poderosos.

EL PLAN VERAGUAS

El trabajo de Gallegos en los campos de Veraguas estaba enmarcado dentro de un plan elaborado por la Iglesia Católica, llamado Plan Veraguas, inspirado en un catolicismo progresista y la Teología de la Liberación, que promulgaba por un crecimiento no solo espiritual, sino económico y político.

Pero eran los tiempos de la Guerra Fría y la labor de la Iglesia chocaría no solo con los intereses de los terratenientes del área, sino con unas estructuras de poder atemorizadas con cualquier desafío al orden social establecido.

‘UN PADRE COMUNISTA'

El padre Héctor Gallego, nacido en Colombia en 1938, había llegado a Panamá en el año 1967.

Santa Fe era entonces un area de difícil acceso y una de las más pobres del país. De acuerdo con las estadísticas de la Iglesia, más del 50% de los campesinos de más de 10 años era analfabeta; 87.5% de viviendas tenían piso de tierra; el 80.4% de la población carecía de agua potable; el 91.9% no tenía energía eléctrica; el 50% de la niñez sufría de malnutrición y había una alta tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas y parasitarias y tuberculosis en todas sus formas.

El modo de vida de la población no había camb iado mucho desde la época colonial, cuando se instalaron allí un grupo de familias (los Castrellón, los Hernández, los Palacio, los Ábrego o los Vernaza Herrera, parientes del entonces ‘hombre fuerte' Omar Torrijos Herrera), clanes que llegaron a adquirir el control de las tierras y del comercio local.

El padre Gallego o sencillamente Héctor, como se hacía llamar, organizó sindicatos y cooperativas de consumo e indujo a los campesinos a creer que podían ser dueños de su destino a través del trabajo colectivo y el apoyo mutuo entre los de su clase.

ROCES CON LOS PODEROSOS

Gallego no tardó en tener conflictos con los terratenientes, especialmente con el comerciante Alvaro Vernaza Herrera, quien hizo que lo encarcelaran en julio de 1970, por un oscuro hecho ocurrido en las elecciones de 1968.

El sacerdote fue liberado por intermediación del arzobispo Marcos Gregorio McGrath, quien lo solicitó a Torrijos. Este aceptó con la condición de entrevistarse con él para convencerlo de que las cooperativas y demás actividades fueran asumidas p or el gobierno.

En el encuentro sostenido el 3 de julio de 1970, Torrijos prometió ayudarlo con una reforma agraria y apoyo económico. A pesar de las promesas y el supuesto respaldo del hombre fuerte, la intimidación continuó.

A finales de mayo de 1971, apenas dos semanas antes de su desaparición, el rancho donde vivía Gallego fue incendiado por dos sujetos.

A principios de junio de 1971, el padre viajó a la ciudad para participar en un curso sacerdotal. Durante su estancia, fue llamado a la emisora católica Radio Hogar, donde el viernes 4 de mayo se le hizo una entrevista.

Hablando al aire en la emisora, Gallego arremetió contra los grandes comerciantes y terratenientes de la región y señaló que la orientación del movimiento social y político que se estaba gestando en Santa Fe tenía que irradiarse a todo el país

‘Las personas se respetan mucho más. Hay más comunicación; es un ambiente más humano, más optimista, en el sentido de que está más orientado a realizar esta fuerza nueva que se está descubriendo, que es la fuerza de la comunidad.' ‘Santa Fe, realmente yo no puedo imaginármelo solo. Un movimiento aislado no puede ir a ningún lado. Cuando hablamos de cambio, nos referimos al sistema'.

DESAPARICIÓNTRAS LA DESAPARICIÓN DE GALLEGO, LA IGLESIA, Y ESPECIALMENTE EL OBISPO LEGARRA, HICIERON GRANDES ESFUERZOS PARA MOVILIZAR A LA POBLACIÓN DEL PAÍS. LA INFORMACIÓN QUE SE DABA A CONOCER HACÍA RECAER LAS SOSPECHAS SOBRE LA GUARDIA NACIONAL. EL LUNES 14 DE JUNIO, PRESIONADA POR LA OPINÓN PÚBLICA, LA INSTITUCIÓN PUBLICABA EN LA PORTADA DEL DIARIO LA ESTRELLA DE PANAMÁ UN COMUNICADO FIRMADO POR EL GENERAL DE BRIGADA OMAR TORRIJOS HERRERA, EN EL QUE SE ASEGURABA QUE ‘LA GUARDIA NACIONAL HA TOMADO LAS MEDIDAS NECESARIAS Y NO ESCATIMARÁ NINGUNA PARA ESCLARECER EL HECHO Y HACER QUE SE SANCIONE DE MANERA EJEMPLAR A LOS CULPABLES'.

Pero el comunicado seguía: ‘Consideramos este hecho como un intento de quebrantar la paz y la tranquilidad de que disfrutan los panameños y el país en general; impedir el cumplimiento de los oprogramas del gobierno en beneficio de los campesinos, los obreros, los estudiantes, y perjudicar las negociaciones con Estados Unidos, en las cuales hemos planteado que desaparezca el concepto de Zona del Canal, que implica la existencia de un gobierno dentro de otro'.

‘La Guardia Nacional ha mantenido la paz y la tranquilidad sin abusos de ninguna clase, pero aclaramos que nuestra capacidad de perdón y acción de convencimiento no deben ser confundidos con debilidad, porque todo aquel que atente, directa o veladamente contra la seguridad del Gobierno o de los asociados, será reprimido con toda la fuerza que requieren las circunstancias'.

EL JUICIO LAS INVESTIGACIONES OFICIALES DEL CASO SE INICIARON EL MISMO 10 DE JUNIO DE 1971, PERO SE CERRARON EL 26 DE JUNIO DE 1973, SIN RESULTADOS. EL CASO VOLVIÓ A ABRIRSE EN 1990, TRAS LA INVASIÓN DE ESTADOS UNIDOS. EL 26 DE OCTUBRE DE 1993, UN JURADO DE CONCIENCIA CONDENÓ A 15 AÑOS DE PRISIÓN POR EL SECUESTRO Y ASESINATO DEL RELIGIOSO A LOS MILITARES MELBOURNE WALKER, EUGENIO MAGALLÓN Y NIVALDO MADRIÑÁN. FUE ABSUELTO OSCAR ALBERTO AGRAZAL.‘HAY SUFICIENTES ELEMENTOS DE CONVICCIÓN PARA CONCLUIR QUE JESÚS HÉCTOR GALLEGO HERRERA FUE DETENIDO POR LA GUARDIA NACIONAL Y DESAPARECIDO MIENTRAS SE ENCONTRABA BAJO CUSTODIA DE ESE CUERPO ARMADO', CONCLUYÓ LA COMISIÓN DE LA VERDAD. HOY, LOS RESTOS DEL PADRE HÉCTOR GALLEGO NO HAN SIDO ENCONTRADOS. TAL Y COMO PREVEÍA HITLER, SU DESAPARICIÓN DEJÓ EFECTOS DURADEROS SOBRE LOS PANAMEÑOS, QUE TODAVÍA LO RECUERDAN, PERO ESPECIALMENTE, SOBRE SUS FAMILIARES. LA HERMANA DEL PADRE, EDILMA GALLEGO, QUIEN EN 1971 CONTABA CON APENAS DOCE AÑOS, HA PASADO LA VIDA ENTERA INTENTANDO DAR SENTIDO A SU DESAPARICIÓN: ‘¿QUÉ PASÓ CON HÉCTOR? ¿LO ENTERRARON ALLÍ? ¿LO ENTRERRARON EN CAÑAZAS? NO, FUE EN TOCUMEN. NO, LO ARROJARON AL MAR. NO, FUE EN COIBA. SE SIENTE UN DOLOR PROFUNDO. ES TAN SIMPLE COMO ESO, EL DRAMA QUE NUNCA ACABA'.

(BASADO EN PARTE EN INFORMACIÓN RECABADA POR IVONNE M. RODRÍGUEZ PARA REPORTAJE ESPECIAL SOBRE HÉCTOR GALLEGO, 9 DE JUNIO DE 2014).

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General de Brigada Omar Torrijos, 1971

‘ ‘Consideramos este hecho como un intento de impedir el cumplimiento de los programas del gobierno y perjudicar las negociaciones con Estados Unidos'

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